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HISTORIAS DE FAMILIA

'New Madrid. Missouri'

Son las 12.50 (GMT-6). Despegamos. Estaremos arriba poco más de una hora, depende de cómo esté la atmósfera. Voy a virar hacia la izquierda para salir del circuito. Ascendemos muy rápido, el aire pesa poco esta mañana.

No cierres los ojos, te lo ruego. Mira hacia abajo. En esta zona, cuando observas la tierra desde arriba, sobre todo ves madera: ves puentes, ves tejados y ves árboles; todo se fabrica en madera. A mí me interesa más el plástico que la madera: es que la madera existe pese a nosotros, el plástico no. El avión en el que vamos metidos es de una aleación de metal y de plástico. Es una Cessna 150. Te gusta, ¿verdad? Volar en una Cessna es una garantía de seguridad. Ni se te ocurra pensar que vas a caerte, porque yo te piloto, aunque precisamente con una caída comienza mi historia.

¡No cierres los ojos! ¡Te lo ordeno! ¡Vas a marearte como nunca lo has hecho! No vamos a chocarnos con esa otra avioneta que viene de frente, te lo aseguro: volamos en una ruta par, el espacio se divide en cuadrantes y ese avión vuela a una altitud distinta, por mucho que te parezca que avanzamos el uno contra el otro. Ya nos aproximamos... ¿tengo o no razón? No hay peligro. Vamos a saludarle con dos guiños del morro:

;-) Blink - Blink (-;

Te voy a dar un consejo con todo mi cariño: cuando accedas a volar con alguien, confía plenamente. No puedes montarte en una Cessna de plástico y echarte a temblar, eso es ser un enfermo, buscar el sufrimiento y disponerte a sufrirlo. Si quieres volar, disfruta, y si hay algo que no entiendes, duda de ti mismo, nunca del piloto. Tú admira la madera del paisaje. Nos dirigimos a New Madrid, Missouri. Tierra de terremotos. Hace unos días busqué New Madrid en Google Earth, y comprobé que es un terreno baldío, como el de Elliot, como el desierto en el que se cayó el Petit Prince para encontrarse con el escritor piloto.

...Me has interrumpido cuando empezaba a contarte mi historia. Continúo con lo que te iba diciendo. Necesitaba saber qué día de la semana había nacido mi hermano Fabián. Quería zanjar en mi conciencia su tragedia, y por voluntad estética me puse a buscar simetrías que me explicasen el destino cerrado en que se había desarrollado su vida. Llamé a mi madre, y ella me respondió que Fabián había nacido un miércoles, y que Iván, el tercero de los tres hermanos, un lunes. Retrasé la fecha del calendario de mi ordenador al día de la muerte de Fabián, y comprobé que se había muerto, precisamente, un miércoles.

Por curiosidad morbosa, pregunté también por mi día de nacimiento, y mi madre admitió que no lo recordaba. Mi calendario del Office no llegaba tan atrás en el tiempo, así que busqué en Google, y no di con ningún calendario del 74.

Calendario 1974 Fechas 1974 Agosto del 74

...Hice muchas búsquedas en la Red, y sólo me saltaba el calendario Michelín, que ni siquiera me descargaba un desglose diario. Cambié de táctica y de idioma, y tecleé las palabras: Friday 23rd August 1974. Fíjate, fíjate en los estratocúmulos, por todo el horizonte, no te olvides de que vamos en una Cessna 150, pero que ésta está hecha de polímeros, no de madera. En el 74 los aviones, como las raquetas, aún se fabricaban de madera. Más madera: mi madre, que soñó con convertirme en un ser infalible, me entrenaba con intrépidas jugadas en un ajedrez de madera, mientras de fondo sonaba en el tocadiscos la voz de una anciana que saludaba a la que se convertiría en la Bella Durmiente, después de pincharse con su rueca:

-¿Has venido a ayudarme a hilar la madeja?

-Me alegro, me alegro, estaba tan solita en mi torre musgosa...

El elemento a tener en cuenta es que la rueca a la que la anciana (o la Parca, o la bruja) daba vueltas, era de madera. No sé si sabes algo de mitología griega... Por si eres algo ignorante, te pondré en antecedentes: las tres Parcas fueron en el pasado las dueñas de los destinos. Una hilaba en su rueca, otra medía el hilo, y tejía con éste el tapiz de cada vida, y la tercera lo cortaba. Y déjame decirte una cosa: si crees en el destino, aun sin saberlo, crees en las tres Parcas.

Yo no. Yo ya te he dicho que a mí no me gusta la madera -no me gusta pensar que en el orden natural hay oculto algún destino independiente de nosotros-. Por eso sólo monto en aviones de plástico: el antídoto está en el plástico. Si quieres, para demostrarte la versatilidad del plástico, te hago una maniobra muy simple, pero que te va a subir la adrenalina: voy a hacerte girar dos veces a 60º. No hay aeronave de madera que soporte indefinidamente este tipo de virajes. Si nunca te lo han hecho, vas a alucinar. Primero a la derecha...

Asómate a la brújula, the compass. Llevo el avión bien torcido, pero mantengo el nivel del horizonte en su cuadrado correspondiente. Mientras esa rebaba de agua no salga de ahí, estamos a salvo. Podría dar la vuelta a este aparato, y no matarte. Tranquilidad.

Giro completado. Recuperamos la línea del horizonte... Y ahora a la izquierda...

Mareíllo, ¿eh? Siempre que hago un viraje, me da por pensar que si Antoine de Saint-Exupéry no hubiese escrito Le Petit Prince, yo no habría adquirido este hábito de volar. Es como Hemingway: si no hubiese leído Moby Dick, no se habría hecho marino. Aunque bueno, en lo de mi gusto por volar, he descubierto que tal vez haya otras cosas. Por eso nos dirigimos a New Madrid.

¿Dónde me había quedado? Hum... Friday 23rd August 1974.

Puse Friday al azar, porque encuentro placer en las simetrías, mi madre me entrenaba con las series lógicas de sus tests de inteligencia, y si el tercer hermano había nacido un lunes, y el segundo un miércoles, la primera, que soy yo, debería haber nacido un viernes. Introduje esa búsqueda, y ésta es la página que se me apareció:

National Transportation Safety Board Aug 1974 Aviation Accidents

Tienes que reparar en el detalle: buscando el día de mi nacimiento, caí en una página de accidentes aéreos. El sitio, www.ntsb.gov/...

...y lo que siga, da información acerca de todos los accidentes aéreos sucedidos en territorio estadounidense en agosto de 1974. Indica la hora y el lugar de la caída, la causa probable, las condiciones meteorológicas, el modo de vuelo, el tipo de avión, la gravedad del accidente, y el número (si lo hubo) de víctimas. Debo llevar por ahí una copia del documento, busca entre los mapas, por algún lado debe estar...

...Bueno, veo que no lo has encontrado. Da igual, tampoco entenderías la jerga aeronáutica. En él se anota que el día 23 de agosto de 1974 hubo un accidente fatal. Del piloto se ofrecen referencias exactas: su edad, 31 años; su sexo, varón; y la calificación de su licencia, piloto privado, apto para el vuelo visual. Al parecer, la avioneta se estrelló porque el piloto intentó ejecutar una maniobra para la que no estaba capacitado. No logró mantener la velocidad del avión, y probablemente perdió el control del aparato.

He lost the control of the aircraft

Algo así debieron decir en las noticias, ¿no? El aparato, fuera de control, se precipitó desde el cielo. El informe del National Transportation Safety Board dice que el avión siniestrado era una Cessna 150J, y que el daño fue total:

...the aircraft got destroyed

Se apunta el dato despreciable de que la nave iba cargada de forma inapropiada, lo cual debe ser considerado más un agravante, que una causa, de la caída. Te puedo asegurar que yo no he cargado un avión apropiadamente en toda mi vida, ni siquiera sé bien en qué consiste eso. Me limito a revisar el motor de la avioneta y a despegar; a veces tardo más en elevarme, a veces menos. Y ya está. Pues bien, ese día del accidente de la Cessna en el aire de Missouri, y de mi nacimiento del útero oscilante de mi madre, fue, tal y como había intuido, un viernes.

Friday, August 23, 1974

La investigación añade que el piloto tenía 98 horas de experiencia en monomotores. Como yo. Dado que hoy también es viernes, es una buena idea cumplir mi hora 99 volando hacia el mismo lugar en el que se cayó aquella Cessna de madera. ¿No te parece? Déjame ver qué hora es... Las 13.48. Por favor, acércame el mapa. Estamos llegando a New Madrid, a 2º de derrota a tu derecha: la ruta está trazada en mi mapa. Hemos ido más rápido de lo que había estimado, llevamos viento en cola, voy a rebajar la velocidad. De tanto hablar, se me va a pasar nuestro destino.

Con tu permiso, voy a esbozar un mando de barrena para bajar rápidamente. Consiste en poner la nave en pérdida hasta que no tengamos sustentación. Entonces nos desmoronaremos, y yo tendré que dejarnos caer hasta...

...mejor no te lo explico, lo hago y punto. Tenemos altitud suficiente para recuperar la maniobra, y no llevamos sobrecarga. En cualquier caso, lo más probable es que esta Cessna sea casi inmune a la gravedad. Ya te lo he dicho: el antídoto de la madera está en el plástico.

Por si con el descenso brusco pierdes el conocimiento, antes de caer te aclararé por qué estás aquí conmigo. En el informe se especifica que, aparte del piloto, hubo otra víctima mortal. No volaba solo. Así que mientras aquel viernes, 23 de agosto del 74, nacía yo en el Viejo Madrid a las 8.50 de la mañana, a las 13.50 (GMT-6), con su Cessna de madera, aquel piloto, que fui yo, y su anónimo acompañante caían en picado desde este mismo cielo, desde esta misma latitud y longitud, contra ese mismo suelo estéril que ves ahí abajo.

El lugar al que te he traído. New Madrid, Missouri.

La autora, en New Madrid.
La autora, en New Madrid.

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