"Hay ilusión en lo que vendemos"

Rosa Clará (Barcelona, 1959) empezó a estudiar derecho pero lo dejó en el tercer curso. Pasó un año en París y, a su vuelta, empezó a trabajar en el sector de los vestidos de novia. Con la experiencia adquirida, puso en marcha su propia tienda: "Compraba a los fabricantes españoles productos para novias, pero me encontraba con colecciones siempre iguales". Ante este panorama, decidió lanzarse y crear personalmente el producto que pensó que el mercado quería.

P. ¿Empezó a diseñar en el momento en que abrió su establecimiento?

R. No, fue por necesidad. Pensé que había novias que no encontraban lo que buscaban y me puse a hacer vestidos. A raíz del éxito, empezamos a contactar con diseñadores para que hiciesen sus propias colecciones y fabricarlas nosotros. Al principio como Rosa Clará no me conocía nadie. Contar con las colecciones de diseñadores punteros ha sido el secreto del éxito.

P. ¿Se siente más cómoda ejerciendo de empresaria o de diseñadora?

R. Combino al 50%. Quizás uno de mis mayores defectos es que delego poco.

P. ¿Se han planteado hacer creaciones que no sean exclusivamente para novia?

R. Lanzaremos colecciones de cóctel o fiesta, porque el mercado lo demanda.

P. ¿El número de bodas es suficiente para una empresa de moda para novias?

R. En España se celebran unas 200.000 bodas al año, cifra suficiente y que no varía demasiado. Además, vendemos en prácticamente todos los países del mundo.

P. ¿Fue fácil dar el salto al extranjero?

R. Muy difícil. Ahora tenemos dos tiendas en Portugal, tres en México y muchos proyectos para los próximos 10 años. La internacionalización nos ha obligado a hacer, además de nuestra colección, tres más que fabricamos fuera de España para poder entrar en países donde con los niveles de Rosa Clará y de los diseñadores era difícil.

P. ¿Hay muchas diferencias entre países?

R. Sí. En Italia vendemos en las 150 mejores tiendas. Nuestro producto es aceptado y se valora la calidad y la moda. En cambio, en Alemania el vestido de novia se paga menos, el concepto de boda es distinto. Hemos tenido que adaptar la producción para internacionalizarnos.

P. ¿Dónde producen?

R. Las colecciones propias y las de los diseñadores se fabrican en España y la materia prima es europea. Y tenemos tres marcas que las fabricamos en China y las vendemos en el mercado internacional.

P. ¿Utilizan también tejidos de producción catalana?

R. No mucho, porque cada vez queda menos.

P. ¿Su centro de producción principal está en Barcelona?

R. En L'Hospitalet de Llobregat. Tenemos una fábrica de 5.000 metros cuadrados y con casi 90 personas en plantilla, pero indirectamente trabajan con nosotros unas 500 personas. Muchas áreas están externalizadas.

P. ¿Cómo ha resultado trabajar con diseñadores de primera línea?

R. Ha sido una experiencia magnífica. El colofón es poder contar con Karl Lagerfeld, que actualmente es el máximo exponente mundial de la moda. No nos gusta tener una lista muy larga, sino pocos y buenos.

P. ¿Hay muchas diferencias de estilo?

R. Nuestras colecciones tienen como denominador común las líneas sencillas. Lagerfeld es el romanticismo, el glamour máximo; Christian Lacroix es muy barroco, pero con un exceso bien combinado. Jesús del Pozo, para mí es el mejor diseñador español, tiene una línea muy sobria y femenina.

P. ¿Ha cambiado el espíritu con que las novias buscan su vestido?

R. Cuando empecé, eran más jovencitas. Actualmente, la edad media es de 30 años. Saben más lo que quieren. Además, la moda ha evolucionado mucho y las novias han aprendido a vestirse con moda y a la hora de casarse no pueden ir de un modo distinto.

P. ¿Hay diferencia con las segundas o incluso terceras bodas?

R. No distingo mucho entre bodas civiles y religiosas, pero sí creo que las segundas bodas implican cambios. La mujer tiene más edad y no puede vestirse del mismo modo.

P. ¿El ánimo de las novias también es distinto?

R. No tanto. Una novia quiere ser la más guapa ese día, sentirse fantástica, estar cómoda. Y lo quiere igual cuando se casa por primera vez que cuando lo hace la segunda. Hay un componente importante de ilusión en lo que vendemos que se mantiene a cualquier edad en cualquier mujer.

P. ¿Cómo está actualmente el sector de la moda en Cataluña?

R. Hay muy pocas ayudas. En otras comunidades o países existen apoyos importantes y nosotros no tenemos absolutamente ninguno, ni siquiera para la internacionalización, que es lo primero que pediría.