La otra catedral de Madrid estará en Villaverde
Jóvenes arquitectos idean para una antigua fábrica un centro tecnológico que abrirá en 2008
Villaverde dejará de conocerse sólo como uno de los distritos más degradados de la capital para convertirse en un enclave privilegiado para las nuevas tecnologías. El pleno del Ayuntamiento de Madrid dio ayer luz verde para la modificación del Plan General que permitirá la transformación de la antigua fábrica de ascensores Boetticher, ahora abandonada, en un centro para el campo de la informática y las telecomunicaciones.
El equipo de arquitectos formado por José María Churtichaga, Joaquín Lizasoáin, Rolf Brülisauer y Mauro Doncel, con la colaboración de Ophelia Mantz, ganó con su proyecto denominado Banda ancha el concurso de ideas convocado por el Ayuntamiento de Madrid y el Colegio de Arquitectos para rehabilitar el inmueble.
Se trata de un grupo de profesionales jóvenes que se conocieron en el estudio de Juan Navarro Baldewerg, al que consideran su maestro. Todos tienen alrededor de los 40 años. "Churtichaga y Doncel tienen un estudio conjunto. De él han salido proyectos como la piscina y la biblioteca municipal de Villanueva de la Cañada", explica Rolf Brülisauer. Lizasoáin y Brülisauer, por su parte, han colaborado en la reforma de la oficina que el BBVA hizo en la calle de Alcalá, 16.
Los arquitectos creadores del proyecto han trabajado tomando como base los 10.000 metros cuadrados de edificabilidad disponibles en la nave Torroja, a los que se sumarán 5.000 más correspondientes a edificaciones anejas. Además, según la información facilitada ayer por el Ayuntamiento, la zona contará con 500 viviendas.
"La nave ofrece una imagen basilical. Es un icono de la historia industrial del barrio en un paisaje degradado", explica Joaquín Lizasoáin, uno de los arquitectos redactores del proyecto. "Las dimensiones de la nave resultan idóneas para las exposiciones, siendo un fantástico contenedor", añade.
La nave Torroja es un ejemplo de la arquitectura industrial en hormigón de la década de los años cuarenta, que está clasificada dentro del Catálogo de Bienes Culturales Industriales. Las amplias bóvedas de hormigón que configuran el espacio están rasgadas por unos amplios lucernarios que permiten la entrada de luz natural, lo que le confiere un carácter de catedral industrial.
"Villaverde carece en la actualidad de infraestructuras y equipamientos ciudadanos. La recuperación patrimonial de la nave Torroja ofrecerá a este barrio la oportunidad de convertirse en un centro de referencia a escala urbana y de la Comunidad, un centro de excelencia de las nuevas tecnologías", dice Lizasoáin.
Además, se levantará otro edificio de gran altura, de unas 20 plantas, que acogerá la Fundación para la Innovación, un organismo que constituirá el equipo de gobierno del Ayuntamiento para fomentar las tecnologías de la información.
"La torre permitirá ordenar el espacio y conformar junto con la nave, una plaza sobre la que girará todo el centro tecnológico".
Se crearán, además, dos nuevos espacios públicos sobre las zonas arboladas existentes, para favorecer la continuidad peatonal con otras zonas verdes del distrito e incorporar el arbolado existente a éstas.
La propuesta ratificada ayer en el pleno de la ciudad, aprobada inicialmente por la Junta de Gobierno del pasado 8 de junio, califica como "equipamiento singular" a la nave Torroja, hasta ahora catalogada como industrial.
El plan incorpora al viario público dos nuevas calles, que vertebran los usos de la futura dotación de la nave y potencian sus conexiones.
En cuanto al recorrido peatonal, se habilitarán accesos públicos peatonales al bulevar y al carril bici de la Gran Vía de Villaverde, desde el interior de la nueva zona.
En septiembre de 2003, el Ayuntamiento de Madrid y los representantes de la empresa Boetticher y Navarro, SA suscribieron un convenio en virtud del cual pasaba a ser propiedad municipal la nave de Torroja. En este acuerdo se establece la reordenación de las antiguas instalaciones de la compañía situadas junto a la Gran Vía de Villaverde.
El acuerdo también recoge la cesión al Consistorio de 13.400 metros cuadrados de zonas verdes, que supera sobradamente la mínima establecida por la Ley del Suelo y otros 15.000 de viario. En la actualidad, el proceso de liquidación de la empresa sigue su curso. "Esperamos seguir dando pasos en los próximos meses", informa Lizasoáin.
La inversión prevista asciende a unos 20 millones de euros. Las obras no comenzarán hasta el año próximo, y deben estar acabadas en 2008.
Los partidos de la oposición -PSOE e IU- han criticado en las últimas semanas este proyecto que califican como una de "las eternas promesas" del alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón. Su puesta en marcha estaba prevista hace cuatro años.
8.000 empresas y 180.000 trabajadores
La nave Boetticher se convertirá en un Centro de Expresión de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), que albergará actividades de exhibición y demostración de estas tecnologías, para difundir su conocimiento y uso. Será un centro donde las empresas de hardware, software y conexiones podrán mostrar sus productos y servicios más novedosos a ciudadanos y a pequeñas y medianas empresas.
"Será", explica un portavoz municipal, "un núcleo de dinamización digital, donde se desarrollarán congresos profesionales, conferencias, cursos y otras actividades de sensibilización digital que contribuirán a convertir este centro en una referencia europea en su ámbito".
El complejo tendrá un equipamiento de tecnología punta con control de seguridad integrada, Internet vía wi-fi en todo el edificio y ordenadores inalámbricos en todas las salas de exposiciones, así la posibilidad de videoconferencias.
"Su construcción responderá a criterios de eficiencia y ahorro energético con la utilización de energías renovables y criterios bioclimáticos a la hora de abordar la remodelación de la nave", explican los arquitectos.
Además, albergará la sede de la futura Fundación para la Innovación, que creará el Ayuntamiento de Madrid en colaboración con las empresas líderes del sector madrileño de las TIC, integrado en la ciudad por más de 8.000 empresas y unos 180.000 trabajadores, que generan casi un 10% del PIB municipal y más del 13% del empleo local.
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