La presión de un grupo de accionistas lleva a Arcelor a negociar con Mittal
Arcelor y Mittal anunciaron ayer que se sentarán a negociar directamente, sin intermediarios, aunque no sea de forma amistosa. Representantes de los dos grupos siderúrgicos que mantienen una tensa pugna desde que el segundo lanzara una oferta de compra hostil contra el primero, se reunirán antes del fin de semana para discutir sobre el proyecto industrial que el gigante anglo-holandés de origen indio ha hecho llegar a los directivos del conglomerado europeo. La dirección de Arcelor hace frente ahora a una rebelión de una parte de sus accionistas contrarios a la fusión con el grupo ruso Severstal para cerrar la puerta a Mittal.
La resistencia de la dirección de Arcelor a ser absorbida por la empresa de Lakshmi Mittal ha contado hasta ahora con el apoyo de los Gobiernos europeos, que han visto con buenos ojos el proyecto de fusión con el ruso Severstal para blindar la empresa, como ayer mismo manifestó el ministro francés delegado para la Industria, François Loos, para quien la fusión "es un buen método para construir la industria, todo lo contrario que las batallas bursátiles". Arcelor nació en 2001 de la fusión de la española Aceralia, la francesa Usinor y la luxemburguesa Arbed, todas ellas reflotadas en su momento con dinero público.
Pero el interés de los Gobiernos -y el de los ejecutivos- está empezando a chocar con el de los accionistas, algo que el propio Loos se vio obligado ayer a reconocer cuando indicó que serán ellos "quienes dirán la última palabra". Precisamente, Mittal insertaba ayer a toda página en los grandes periódicos franceses un anuncio en el que bajo una caricatura de una junta de accionistas en la que todos los presentes estaban amordazados, advertía: "Accionistas de Arcelor, ustedes tienen el derecho a la palabra".
Desde la semana pasada, la dirección de Arcelor hace frente a la rebelión del 29% de sus accionistas representados por Goldman Sachs, banco de inversión que asesora a Mittal, que exigen la convocatoria de una junta de accionistas en la que dos tercios del accionariado presente o representado se pronuncie sobre la fusión con Severstal y el rechazo a la oferta de Mittal de 37,74 euros por acción.
