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Columna
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Mudos

El Puerto de Santa María tiene un alcalde con nombre de conquistador, Hernán Cortés, que ha sido condenado en primera instancia a siete años de inhabilitación para cargo público por un delito de prevaricación, el nombramiento ilegal de un responsable de la Policía Local. También tiene ese Ayuntamiento un concejal de Urbanismo con nombre de rey, Juan Carlos, que se ha visto obligado a demoler unas obras ilegales que construyó en su chalé particular, tras ejecutarlas sin licencia e incumpliendo las normas urbanísticas. Siendo esto así, no debe extrañar que además el concejal de Hacienda, que tiene apellido de escritor, Pombo, mantenga una deuda de 17.500 euros por el impago de impuestos de plusvalías de varias empresas familiares donde figura como apoderado. A pesar de las coincidencias entre nombres y apellidos tan ilustres, la realidad del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María dista mucho de ser épica o literaria.

En Cádiz, el PSOE lanzó hace unos meses una campaña para denunciar estas prácticas tan poco decorosas pero tan habituales en algunos ayuntamientos de la provincia. Los socialistas recopilaron irregularidades urbanísticas de aquí y de allí, un paquete de anomalías administrativas de un lado y de otro, 200 enchufados en un pueblo y 55 colocados en el de más allá, y finalmente un alcalde que obligó a la policía a devolver la moto intervenida a un amigo y otro que arregló el teatro municipal con las plusvalías de un terrenillo. Con ello, los socialistas cantaron un popurrí con lo mejor que estaba ocurriendo en Barbate, La Línea de la Concepción y Sanlúcar de Barrameda. A partir de ahí, el PSOE anunció una cascada de denuncias ante la Fiscalía; una batería de iniciativas parlamentarias en las Cortes y en la Cámara andaluza, así como una campaña para colocar su canción en todas las radios y en la prensa. No era para menos. Sin embargo, ese listado de gobernantes en entredicho no incluía el del El Puerto de Santa María, a pesar de que era conocida ya la sentencia de inhabilitación contra ese alcalde. Por si fuera poco, Hernán Díaz Cortés tiene además el dudoso honor de aparecer como imputado, junto con su concejal de Urbanismo, en distintas denuncias por convenios urbanísticos presuntamente irregulares, que están siendo investigados por la Fiscalía gaditana.

¿Qué diferencias encontraron los socialistas entre las presuntas irregularidades que se estaban produciendo en Barbate, La Línea de la Concepción o Sanlúcar de Barrameda y las que tenían lugar en El Puerto de Santa María, algunas tan poco presuntas que ya han provocado sentencias condenatorias? Yo sólo encuentro una. En los tres primeros ayuntamientos gobierna el Partido Popular, y en el cuarto el alcalde es un independiente que se sustenta gracias al apoyo del PSOE. Alguien podría pensar que esa razón no es suficiente, y que los socialistas debían abandonar al primer edil de El Puerto y zafarse de un socio de gobierno tan incómodo. Pues es que no. El partido de este alcalde, cuya inhabilitación sólo pende de un recurso que tiene presentado a la sentencia, tiene el voto que precisa el PSOE para mantener la presidencia de la Diputación de Cádiz. Por eso, los socialistas se han quedado mudos en El Puerto.

La mudez política es una enfermedad que afecta a este mismo partido en otras zonas de Andalucía. En la Costa del Sol, por ejemplo, se produjo hace unos días un largo silencio en Estepona. El Tribunal de Cuentas confirmó que en la etapa de gobierno del GIL en este municipio no se justificaron 12 millones de euros en las sociedades municipales. Dos de sus ex gilistas administradores, que actualmente son concejales de un partido independiente, están obligados a dar cuenta de parte de ese dinero o a reintegrarlo, bajo la amenaza del embargo de sus nóminas. El panorama de nuevo es el siguiente: ex concejales del GIL e irregularidades en su etapa de gobierno denunciadas en su día por el grupo municipal socialista. Pero otra vez el PSOE calla. ¿Tendrá que ver el hecho de que los dos ex ediles del GIL sean socios de los socialistas en el equipo de gobierno de Estepona?

Demasiadas veces el silencio es la respuesta más compleja para una pregunta sencilla.

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