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Documental de amor

El sociólogo Luis Misis Herrero, de 26 años, ha tardado cuatro años en llevar a un documental la historia de su abuela Palmira Sanjuán, reconstruyendo el relato que dejó grabado antes de morir, en 2002, cuando contaba con 82 años. Como algunas familias españolas de principios del siglo XX, la de esta mujer de izquierdas emigró a Bahía Blanca (Argentina), hasta que fue deportada en 1934, tras el golpe del militar José Félix Uriburu. Palmira recibió el sobrenombre de Amor, a raíz de un papel en una obra de teatro contra el belicismo, que realizó de niña en el Casal Catalá, un hogar de españoles, donde entonces se recaudaban fondos con los que auxiliar a los exiliados de Italia y Alemania, perseguidos por el fascismo. La Guerra Civil sorprendió a Amor Sanjuán en Moral de Sayago (Zamora) donde la retuvieron los nacionales hasta que se entregó su padre, que fue fusilado junto a su hermano. Condenada a 15 años por propaganda ilegal, en 1942, esta mujer de vida convulsa entró en la cárcel de Segovia, en la que conoció a su marido, Juan Misis, también preso, con el que se casó tras ser liberada, en 1950, porque nunca había dejado de buscar el amor. El realizador, que llegó a poner un anuncio en el periódico Nueva Provincia, de Bahía Blanca, para localizar a conocidos de su abuela, como su compañera de pupitre, Aurora Casataro, o al poeta Osvaldo Costaglia, sostiene que ha merecido la pena el esfuerzo porque se partía de un "un tesoro", como era el relato histórico, al que había que colocarse a la altura con dignidad y honestidad.

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