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Un matrimonio y un ciclista, heridos al ser atacados por un toro escapado de una finca

El animal había huido de una dehesa de Colmenar Viejo azuzado por el resto de la manada

Un matrimonio y un ciclista resultaron ayer heridos después de sufrir un ataque de un toro de lidia que se había escapado de una finca en un paraje del término municipal de Colmenar Viejo. El animal había destrozado el cerco de piedra de la dehesa azuzado por el resto de la manada, según explicó el ganadero. En su camino zarandeó a los tres excursionistas, que fueron trasladados a los hospitales con diversos traumatismos. El toro, un salpicado de nombre Zalea y perteneciente a la ganadería de Javier Gallego García, fue abatido de cuatro tiros por la Guardia Civil.

Todo sucedió en poco más de cinco minutos. De un lado, Rafael Alemany, de 65 años, su esposa, de 61, y un ciclista de 30 años que habían salido a dar un paseo por un paraje que hay en el término municipal de Colmenar Viejo y que es muy frecuentado por los turistas. Del otro, el toro Zalea, que se había escapado de la dehesa.

En la zona, situada en el kilómetro 39 de la carretera de Colmenar,

está el puente medieval El Batán y fue allí donde ocurrió el fatal encuentro. "Zalea se ha escapado de la finca porque el resto de toros, unos sesenta, le han echado y él ha destrozado el muro. Estaba enfadadísimo. Luego ha avanzado 600 metros y se ha tumbado debajo de un árbol. Pero al oír a los turistas avanzar por el puente medieval es cuando se ha revuelto y les ha atacado", explicó ayer el propietario del animal, Javier Gallego García.

Un novillo de 300 kilos

Los excursionistas se quedaron petrificados cuando vieron cómo se les venía encima el animal. El toro, de 300 kilos, embistió primero al matrimonio. La mujer cayó en una zarza y desde allí observó aterrorizada como el animal atacaba a su marido. El animal embistió al hombre varias veces y terminó golpeándole contra el suelo. Algo le distrajo en su ataque: un ciclista que, al ver la escena, abandonó la bicicleta despavorido. Detrás le perseguía el toro, que finalmente le alcanzó y le empujó contra una piedra.

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Los trabajadores de la ganadería, que habían salido corriendo detrás del animal, intervinieron en la escena. "He tenido que poner el Land Rover delante del toro para intentar distraerle. El ciclista ha subido a la parte trasera del vehículo y hemos salido huyendo", explicó ayer Jorge García, el vaquero ecuatoriano de la finca.

De los tres excursionistas, el que resultó peor parado fue el hombre de 62 años, que fue trasladado en helicóptero hasta el hospital 12 de Octubre. "Tiene traumatismo torácico grave, fractura abierta en la pierna y varias contusiones", explicaron fuentes de Emergencias 112. En el centro hospitalario sus familiares explicaron ayer por la tarde que el hombre, que está jubilado y tiene cuatro hijos, mejoraba dentro de la gravedad.

Su esposa, de 61 años, resultó herida leve con diversas contusiones y fue trasladada en ambulancia hasta el hospital La Paz. El ciclista, atendido en el mismo centro hospitalario, tiene rota la clavícula y varios golpes por todo el cuerpo. En el paraje quedó aparcado el coche del matrimonio, un Jaguar de color granate, que a primera hora de la tarde fue recogido por unos familiares.

Después del incidente, agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil intentaron devolver al toro al cercado. Al no poder hacerlo, y con el permiso del dueño del animal, le abatieron de cuatro tiros.

El paraje donde ocurrió el suceso está entre Colmenar y Cerceda. El puente del Batán, del que unos dicen que es medieval y otros romano, forma parte de una ruta turística que llega hasta Manzanares el Real. El Canal de Isabel II y una empresa eléctrica tienen instalaciones en este paraje.

El ganadero estaba muy afectado por lo ocurrido. "Los toros llevaban toda la mañana, pinchándose los unos a los otros", explicó Javier Gallego, que también tiene toros de lidia en otra finca de Salamanca. Gallego se quejó de la mala suerte. "Ésto pasa entre semana y no hubiese ocurrido nada porque por aquí no pasea nadie; entre todos hubiésemos convencido a Zalea para que volviese a la finca", se lamentó el ganadero.

El cadáver del eral (un novillo de más de un año, pero de menos de dos) Zalea fue retirado del lugar de los hechos con un tractor y, según explicó su propietario, hasta el lunes no acudirán a llevárselo "los del servicio de recogida de animales". La Guardia Civil ha abierto diligencias para terminar de esclarecer lo ocurrido.

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