El Juventus, presunto ganador del supuesto campeonato italiano
El Juventus de Turín se convirtió ayer en el presunto campeón de lo que en ciertos medios se considera la Liga italiana. El equipo blanquinegro obtuvo una supuesta victoria, 0-2, frente al Reggina, lo que le permitió mantener sus teóricos tres puntos de ventaja sobre el Milan y coronar, al parecer, 74 jornadas consecutivas al frente de lo que las autoridades federativas, antes de ser destituidas bajo acusaciones de corrupción rampante, solían definir como "clasificación".
Los jugadores juventinos realizaron un simulacro de celebración sobre el césped y se largaron, cariacontecidos, a esperar el desenlace de lo que, a tenor de todos los indicios, podría ser calificado como el mayor fraude deportivo de la historia mundial. El fiscal napolitano Giuseppe Narducci dijo ayer mismo que la presunta banda criminal creada por el director general del Juventus, Luciano Moggi, para controlar la federación, los árbitros, los resultados de los partidos y hasta la moviola televisiva, era "peor que la mafia".
Moggi, con una supuesta lágrima en los ojos, se declaró "inocente" y "destruido" y anunció que dejaba para siempre el fútbol. Posiblemente había leído en los periódicos las transcripciones de sus propias conversaciones telefónicas: después de leer esa retahíla de amenazas, conspiraciones, chanchullos, corruptelas, pactos secretos y obscenidades, era imposible pensar en el calcio y no sentir arcadas.
Silvio Berlusconi, propietario (según el registro mercantil) del Milan y hombre célebre por su escrupuloso cumplimiento de la ley, exigió "la restitución inmediata" de los títulos ligueros de 2005 y 2006: daba ya por seguro que el Juventus, que hace un año y ayer mismo pareció ganarlos, sería privado de ellos y que pasarían automáticamente al segundo clasificado.
Resultaba bastante probable que el Juventus los perdiera, pero no tan probable que se los llevara el Milan: eran muchos los partidarios de que ambos campeonatos quedaran desiertos como recordatorio eterno de un fraude que no debía (en teoría) repetirse.
¿El Juventus, a Segunda? Pues sí, para no dar la razón al grupo de atontados que ayer, haciéndose pasar por tifosi juventinos (mejor no pensar que lo fueran realmente), colgaron en el estadio una pancarta con el siguiente texto: "El fin justifica los medios". Hundir al Juventus en las divisiones inferiores sería, en términos de repercusión social, como colocar al Real Madrid en Tercera o peor. No hacerlo equivaldría a aceptar que los tramposos ganan siempre.
Esta presunta columna opta por adherirse al fraude clamoroso del calcio y se copia a sí misma, en versión del 21 de febrero de 2005: "La verdad, en el calcio" es sólo una. La verdad se llama Luciano Moggi y es un señor calvo residente en Turín. Luciano Moggi es una de las pocas personas que saben por qué ocurre lo que ocurre". Él (supuestamente) lo sabía. El resto de Italia y del mundo se limitaba (supuestamente) a sospecharlo.
Que los jueces hagan ahora lo suyo, si les dejan. Afortunadamente, según fuentes oficiales, el campeonato se ha acabado. ¡Qué asco!
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