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Columna
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La manifestación del PP y la Cope

El 4 de noviembre de 1.998, el Abc abría su primera página con estos titulares a tres columnas: "Aznar mueve ficha al autorizar contactos secretos con el entorno de ETA. El proceso no incluye la entrega de las armas pero sí el respeto a las reglas democráticas". Según Abc, Aznar "había autorizado la apertura de contactos con interlocutores del MLNV (Movimiento de Liberación Nacional Vasco) que encabeza el complejo ETA-HB". Y daba por seguro, como interlocutor, a Arnaldo Otegui, líder de Herri Batasuna. En su editorial, Abc decía: "La esperanza, precaria todavía, de que el proceso que se anuncia fructifique en la pacificación del País Vasco nos lleva a subrayar la fecha del 3 de noviembre como el posible punto de partida de una andadura que ningún español de buena voluntad puede dejar de desear que culmine venturosamente". Esta propuesta del entonces presidente Aznar iba acompañada de su decisión de ser generoso con ETA: "El proceso de paz incluiría, en una primera fase, la flexibilización de la política penitenciaria, que lleva consigo el acercamiento de los presos a las cárceles vascas, la concesión de terceros grados y, finalmente, indultos". El día siguiente a la publicación por Abc de lo que venimos diciendo, el vicepresidente primero del Gobierno, Álvarez Cascos, pedía a ETA que designe sus interlocutores para que el Gobierno pueda iniciar conversaciones con esta organización. Y el presidente Aznar reafirmaba su propuesta y declaraba estar dispuesto "al perdón y la generosidad" si ETA renunciaba definitivamente a las armas.

El Mundo, por su parte, titulaba el editorial de ese día con esta frase: "Otro valiente paso de Aznar hacia la paz". Y finalizaba con estas palabras: "Ante asunto de tanta trascendencia, los celos partidistas están de más. Si la paz acaba por lograrse, nunca será exclusiva de Aznar: corresponderá a todos cuantos la hayan propiciado". Esto pasaba en 1.998. Aznar, como antes Felipe González, como antes Adolfo Suárez, quiso llevar la paz al País Vasco acabando con el terrorismo. "Iniciar el proceso de paz", decía Aznar.

El actual presidente, Rodríguez Zapatero, quiere también acabar con el terrorismo, como intentaron sus antecesores. Para ello ha pedido el respaldo del Congreso de los Diputados, cosa que no hicieron quienes le precedieron en el cargo, poniendo como condición el abandono previo de las armas. Y se ha armado el escándalo. Un sector de las víctimas del terrorismo ha puesto el grito en el cielo. Alentadas con el respaldo partidista del PP y el mediático de la COPE, es decir, de la Conferencia Episcopal Española. Además de otros medios de comunicación afines al PP. ¿Por qué el intento de Aznar fue respaldado y el de Zapatero ha sido contestado y descalificado? Aznar prometía beneficios a la banda terrorista antes, incluso, de iniciar las negociaciones. Cosa que Zapatero no ha hecho. Nadie, entonces, alzó la voz contra Aznar ni organizó manifestaciones. Las víctimas del terrorismo permanecieron en silencio. ¿Cómo se entiende este cambio de actitudes?

Muy sencillo y hablando sin sutilezas: porque el PP se ha apropiado de la Asociación de las Víctimas del Terrorismo (AVT) para sus fines partidistas. Y el principal fin es derribar al presidente Zapatero. No era una manifestación contra ETA sino contra el presidente del Gobierno. "Zapatero dimisión", "Zapatero cobarde traidor", "Zapatero se rinde ante el terrorismo", gritaban los manifestantes. Y también "Rajoy presidente". El PP movilizó a sus militantes como hizo en la anterior manifestación el 22 de enero de 2005. Y también la COPE, otro de los convocantes, movilizó a su audiencia, incluso con reparto de pegatinas. "La COPE somos todos", gritaban. Iban juntos portando la misma pancarta: el PP con Rajoy al frente y por la COPE, César Vidal y Cristina López Schlichting. Federiquín Losantos se quedó en los estudios de la cadena para ir informando a la audiencia de cómo se desarrollaba la manifestación, y para enfervorizar a los manifestantes que llevasen el transmisor conectado con la emisora, a fin de que no decayese la fiesta. Todo un éxito del PP y la COPE. Eso sí; se echó en falta algún obispo.

fburguera@inves.es

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