El Zaragoza ejerce de Chelsea
El equipo aragonés voltea al Barcelona jugando a imagen y semejanza del equipo inglés
El Zaragoza le dio el alto al Barcelona en un partido muy copero y, como tal, vibrante, polémico y cambiante y, para suerte azulgrana, también corregible, porque queda la vuelta en el Camp Nou. Puestos a perder algún día, mejor en una competición que tiene remedio, se dijeron los barcelonistas, que no salían derrotados desde el 18 de septiembre en el Manzanares cuando el Atlético les ganó en la Liga. Al equipo aragonés le queda el honor no sólo de haber abatido en cinco minutos a un rival que llevaba ganados 18 encuentros consecutivos sino que en el último minuto se trabajó un penalti que le pone en una situación inmejorable para pasar a la ronda de semifinales. En vigilias del choque de la Liga de Campeones, el Zaragoza aplicó el ejemplo del Chelsea del año pasado y obtuvo el mismo resultato.
ZARAGOZA 4 - BARCELONA 2
Zaragoza: César; Ponzio, Álvaro, Gaby Milito, Toledo (Cuartero, m. 81); Óscar, Celades (Generelo, m. 76), Zapater, Cani (Sergio García, m. 76); Ewerthon y Diego Milito.
Barcelona: Jorquera; Belletti (Ezquerro, m. 58), Márquez, Oleguer, Gio; Van Bommel (Gabri, m. 58), Edmilson, Iniesta; Messi, Larsson (Maxi López, m. 76)y Ronaldinho.
Goles: 1-0. M. 23. Milito, a pase de Cani. 2-0. M. 25. Ewerthon recibe de Óscar, se deshace de Oleguer y supera por alto a Jorquera. 3-0. M. 27. Ewerthon, tras un pase de Cani. 3-1. M. 36. Larsson cabecea un centro de Gio. 3-2. M. 62. Ronaldinho transforma un penalti de Ponzio a Messi. 4-2. M. 93. Diego Milito, de penalti cometido por Edmilson al tocar el balón con el brazo.
Árbitro: M. Cantalejo. Amonestó a Álvaro, Márquez, Belletti, Edmilson, Ponzio, G. Milito y Cani.
La Romareda. Unos 28.000 espectadores.
Le faltó cintura al Barça, descabalgado en un santiamén, vencido en una jugada que se repitió hasta tres veces consecutivas, imposible de defender para unos y fácil de aplicar por los otros. Una vez goleado, los azulgrana reaccionaron con grandeza y salvaron el resultado que no el partido, que concluyó con un manotazo de Edmilson y el cuarto gol maño.
Las concesiones del Barça se expresaron tanto en la alineación como en la cancha para suerte del Zaragoza. Jugó por una u otra razón sin medio equipo. Faltaban el portero titular (Valdés), el central (Puyol), los dos volantes (Xavi y Deco) y el delantero centro (Eto'o) por no hablar de futbolistas tan particulares como Motta y Giuly, agitadores en cancha ajena. El problema del Barça no fue en cualquier caso ofensivo ni de organización, sino especialmente defensivo. No supo tirar la línea del fuera de juego y, a diferencia de ocasiones precedentes, no encontró consuelo en el linier.
El Zaragoza contó tres goles en apenas cinco minutos, tantos como remates se había ganado después de sobrepasar la presión azulgrana. La zaga barcelonista se venció espectacularmente ante la puñetería de Cani, el oficio de Diego Milito y la velocidad de Ewerthon. Cani ejerció de francotirador exquisito ante un rival sorprendentemente disminuido y desvencijado en su área. La efectividad aragonesa fue tremenda. No es que los azulgrana jugaran mal sino que se desplegaban con garbo y ocupaban el campo de forma autoritaria. El Zaragoza aguardó pacientemente en su campo y sólo percutió en situaciones de superioridad numérica.
No cerró bien el Barcelona, mal puesto y errático en el juego de posición. Ausentes Puyol y Deco, el duo Márquez-Edmilson se sintió desbordado en cada pelota que perdieron los medios y los delanteros. A la que el Zaragoza robaba el cuero, apuntaba para Cani y el exquisito volante local habilitaba a los dos delanteros para que remataran a Jonquera. Apuntado el 3-0, el linier empezó a levantar el banderín en cada contra aragonesa para alivio del Barcelona, que retomó el hilo del partido y de la eliminatoria con un gol inevitable de Larsson. El encuentro derivó en un ir y venir del que los azulgrana salieron bien parados no sólo porque cuentan con mejores delanteros sino porque el colegiado sancionó como penalti un derribo de Ponzio a Messi y Ronaldinho puso el segundo gol. El Zaragoza no se desfondó en el intercambio de golpes y el Barça aspiró al empate hasta que se equivocó en la última jugada. El Zaragoza le jugó como el Chelsea y le fulminó en la ida de la Copa.
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