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Zapatero y Berlusconi acuerdan combatir a los traficantes de inmigrantes

La cumbre hispano-italiana deja ver similitud de posiciones sobre el presupuesto europeo

Un acuerdo entre España, Italia y Francia, previamente anunciado en Madrid por el Ministerio de Justicia, para combatir en el mar a las mafias que trafican con inmigrantes sin papeles, con armas o drogas, es el acuerdo más concreto presentado ayer por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, al término de la 13ª cumbre entre España e Italia. El acuerdo se firmará probablemente el próximo enero en Madrid, según el presidente.

Rodríguez Zapatero explicó el compromiso alcanzado como una especie de Schengen del mar, es decir, una cooperación reforzada entre los tres países citados para ampliar el modelo de seguridad exterior vigente en la Unión Europea al problema que, tanto él como su anfitrión, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, calificaron de "fenómeno que hace época y está destinado a crecer". Se referían, por supuesto, a la inmigración ilegal, que el nuevo instrumento ayudará a reprimir "tanto en el Mediterráneo como en el Atlántico".

Zapatero inscribió la iniciativa en el contexto del plan europeo sobre inmigración que presentó en la reciente cumbre de Hampton Court. Berlusconi apoyó ayer públicamente sus principales ideas: que la Unión Europea asuma la responsabilidad del control de las fronteras exteriores y se comprometa también en la democratización y desarrollo económico de los países africanos implicados en el fenómeno. Según fuentes españolas, el presidente italiano apoyó que la Unión Europea debe firmar acuerdos de readmisión con esos países y la propuesta de Zapatero de que el 3% de los fondos de la Nueva Política de Vecindad sean dedicados a estas tareas.

La cumbre bilateral, que concluyó sin ninguna declaración ni comunicado, acordó, además, extender a España e Italia el sistema de las denominadas autopistas del mar, iniciado con Francia, para descongestionar por barco un tráfico bilateral por carreteras que Zapatero cifró en 15 millones de toneladas anuales.

También se firmó un compromiso de cooperación para la promoción del turismo.

Pero, tras la inmigración, la mayor parte de la entrevista de los dos presidentes se concentró en el marco presupuestario de la Unión Europea para el septenio 2007-2013. Sólo dijeron al respecto que ambos se oponen a la reducción ulterior del gasto y que coordinarán sus posiciones, generalmente coincidentes.

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Ambos están dispuestos a ir a Londres para debatir el tema -Rodríguez Zapatero viajará a esa capital el próximo día 9- si la propuesta que la presidencia británica presentará el día 5 deja un margen para el diálogo.

Los dos líderes presentaron la cumbre como un encuentro "útil y fructífero", que expresa la gran amistad y cordialidad entre dos países y sus gobiernos.

Los ministros españoles y su presidente lucieron lazos de solidaridad frente al sida en la solapa. Los italianos, no. Berlusconi dijo, como muestra de sintonía, que aunque ellos habían hablado en italiano y los españoles en español se entendieron sin problemas. Toda la delegación española utilizó la traducción simultánea durante la rueda de prensa.

Silvio Berlusconi (izquierda) y José Luis Rodríguez Zapatero, en Roma.
Silvio Berlusconi (izquierda) y José Luis Rodríguez Zapatero, en Roma.EFE

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