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Reportaje:

Duelo de titanes en la moda

Sfera, de El Corte Inglés, intensifica su presión sobre Zara en las mejores calles del país

Tras años de prueba y atenta observación, El Corte Inglés ha decidido acelerar la apuesta por su cadena de ropa, Sfera, una enseña con crecientes posibilidades de convertirse en alternativa al actual dominio de Inditex entre los consumidores que buscan ropa de moda y a buen precio.

La cadena de la filial de El Corte Inglés va a cerrar 2005 con 50 tiendas (cuatro en el extranjero) y una facturación de 89 millones de euros
Sfera busca convencer al consumidor de que comparte la cultura de la matriz y su preocupación por el servicio al cliente y la calidad
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El Corte Inglés parece haberse dejado de bromas con Zara y la nube de enseñas de moda que invaden las calles y amenazan su tradicional protagonismo en el sector. Por eso lo de Sfera parece que va cada vez más en serio. Como si tal cosa, la cadena filial del grupo que preside Isidoro Álvarez, cerrará 2005 con 50 tiendas (cuatro en el extranjero) y una facturación de 89 millones de euros, lo cual a menos de cuatro años de su fundación en 2002, es todo un récord. "Nuestra intención", dice Santos Navas, director comercial de la cadena, "es abrir 20 tiendas en 2006".

Y es sólo el principio. La velocidad de crucero desplegada por Sfera, que crece más rápido cada año que pasa (24,7% en 2003, 39,6% en 2004 y 72% este año), se acelerará, además, y mucho, en los próximos años una vez que sus responsables empiezan a sentirse seguros de la aceptación del público a sus propuestas de moda.

El rótulo de Sfera, que se estrenó en alguna de las tiendas adquiridas por su matriz a Marks & Spencer, se empieza a ver ahora en locales de las calles más céntricas y caras de diversas ciudades. Está desde 2004 en la madrileña calle de Preciados, con una local de cinco plantas, y dentro de poco abrirá otra en la cercana Gran Vía, en un local emblemático, la antigua tienda de Telefónica.

Inditex, hasta ahora casi sin competencia a la hora de pujar por las mejores ubicaciones, se está encontrando cada vez más en sus negociaciones con un adversario tan potente como ella.

¿Logrará El Corte Inglés igualar el fenómeno Zara con su nueva marca, la primera con que se lanza a vender moda fuera de sus centros de toda la vida? Es un enigma. Lo que sí parece evidente es que el líder español del sector, con una facturación que casi triplica la de Inditex, está poniendo todos sus recursos para lograrlo. Por ejemplo en el diseño.

Sfera dispone de más de cincuenta diseñadores propios para crear sus propias colecciones, especializados en los distintos segmentos (mujer, hombre y niño) y tipos de moda (fashion, urban y casual). "Lo hacemos", comenta Navas, "porque uno de nuestros valores básicos es producir moda propia. No queremos copiar".

La matriz no ha dudado tampoco en asignarle a su filial un equipo de arquitectos exclusivos para que sus tiendas, que tienen una dimensión media de 1.000 metros cuadrados (similares a las de Zara), no tengan nada que envidiar a las de su rival gallega.

"Nuestra pertenencia a El Corte Inglés", reconoce el responsable de Sfera, "nos proporciona enormes sinergias y economías de escala en temas como las compras y aprovisionamiento de materias primas o la subcontratación de la fabricación".

Tampoco hay que echar en saco roto la disponibilidad de las cuatro fábricas de Induyco en España, con una plantilla de 4.000 trabajadores, una fuerza laboral que permite dar respuesta fluida a cualquier pico de la demanda o plan de crecimiento.

O la mastodóntica plataforma logística del grupo en Pinto (Madrid), una instalación hipermoderna que permite una reposición casi diaria de las tiendas.

Aunque Sfera no es El Corte Inglés en sentido estricto (sólo vende su propia ropa y en sus propios locales), la cadena trata de enviar a sus clientes el mensaje de que comparte la cultura de la matriz. Por ejemplo en temas como la preocupación por el servicio al cliente y la calidad. Pese a que sus productos son, en términos comparables, más baratos que los que se venden en los grandes almacenes de la matriz, sí son algo más caros que en Zara, Stradivarius o Breshka. La razón es simple. "Queremos lograr la mejor relación calidad-precio", dice Navas, "pero no vender artículos de baja calidad".

La posibilidad de que un posicionamiento algo más alto en el mercado pudiera restringir de algún modo su expansión, limitada de momento a ciudades de más de 120.000 habitantes (con excepciones como Toledo o Ciudad Real), no detendrá el crecimiento, aseguran. Han empezado ahora mismo a ensayar la vía internacional. Con una tienda ya en Portugal, acaban de abrir su primer local en el centro de Bruselas y, antes de que termine 2006, estarán también en Atenas y Salónica. "Nos centraremos de momento en Bélgica y Grecia. Después iremos a otros países", comenta Santos Navas.

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