Gallardón decide dar el nombre de Juan Pablo II al parque Machu Pichu
"Les comunico que el parque Machu Pichu [Hortaleza], que el Ayuntamiento va a rehabilitar, pasará a llamarse parque Juan Pablo II cuando terminen las obras. Lo hemos consultado con el Arzobispado, está de acuerdo y nos da las gracias". Con estas palabras anunció ayer el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, la decisión de su gobierno de cambiarle el nombre a un parque, robándoselo a la ciudad de los incas para honrar al papa Wojtyla, fallecido el pasado abril. Esa decisión no ha pasado aún por ningún órgano de debate municipal.
Habitualmente, como las calles y plazas de la ciudad ya tienen propietario, cuando el pleno del Ayuntamiento propone dedicar un espacio público a una persona de reconocido prestigio ha de esperar a que se hagan las calles de los nuevos barrios que están en construcción en las afueras. Esta vez, sin embargo, la decisión de Ruiz-Gallardón rompe esa lista de espera.
"Estamos estupefactos", afirmó ayer Concha Denche, edil de IU, quien pidió al alcalde que "consulte a los vecinos y no a los obispos" antes de decidir cambiar el nombre a un espacio que es de todos los madrileños. Denche recordó que en ocasiones anteriores la oposición propuso rebautizar el centro Carril Conde y el parque Arias Navarro, y el PP se negó.
Trinidad Jiménez, portavoz del PSOE, explicó que su grupo no se opondrá a dar a Juan Pablo II un parque de la capital, pero exigió que esa decisión "sea objeto de debate de los grupos políticos". "Estamos de acuerdo en que el Papa fue una figura de enorme relevancia internacional, pero el alcalde no puede dar por hecho ese cambio sin debatirlo antes", dijo.
El pasado abril el presidente del Senado, Francisco Javier Rojo, pidió al Ayuntamiento que rebautizara como plaza del Senado la plaza de la Marina Española. El alcalde rechazó esa petición con el siguiente argumento: "Un criterio de carácter general es el mantenimiento de la toponimia ya existente y consolidada, pues las denominaciones obedecen la mayoría de las veces a criterios históricos. El cambio generaría confusión en el ciudadano y problemas de adaptación de callejeros, etcétera".
