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La propuesta agrícola comunitaria en la OMC no reducirá las ayudas a España

Los productores temen que la apertura de los mercados afecte a la estabilidad de los precios

La propuesta en materia agrícola que la Unión Europea quiere plantear en la próxima cumbre de la Organización Mundial de Comercio (OMC) no supondrá una reducción de las actuales ayudas comunitarias al sector agrario español. Los productores, en todo caso, no están exentos de riesgo ante la reunión que se celebrará en Hong Kong dentro de un mes. El temor del sector reside en la apertura de los mercados, ya que las producciones excedentarias no exportadas del resto de la UE podrían invadir a bajo precio el mercado español.

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Fuentes de la Administración y de las organizaciones agrarias coinciden en señalar sus temores a que los recortes planteados en los aranceles para facilitar las importaciones puedan suponer el hundimiento de algunos mercados. La eliminación de las restituciones o ayudas a la exportación tendría en todo caso un impacto directo muy pequeño, ya que España no es un país especializado en colocar sus excedentes en el exterior con ayudas comunitarias.

Según los datos sobre las últimas campañas, el sector agrario y agroalimentario español percibe anualmente unas ayudas comunitarias de 6.600 millones de euros. A efectos de la OMC, estas ayudas se han clasificado tradicionalmente en tres cajas: la verde, de ayudas permitidas que no suponen una distorsión de los precios del mercado; la caja azul, de ayudas en posición intermedia, y la caja ámbar, de ayudas que sí afectan al comportamiento de las cotizaciones y que se consideran incompatibles con el nuevo sistema.

Con la mirada puesta en esta ronda de negociaciones de la OMC, la Unión Europea aprobó en la última reforma de la Política Agraria Común (PAC) en 2003 un profundo cambio en la asignación de las ayudas, aglutinando la mayor parte de las mismas en el llamado sistema de pago único o pagos desligados de la producción, lo que permite colocar todos esos fondos en la caja verde.

La propuesta comunitaria en materia de ayudas internas se compromete a reducir las mismas en un 70% cuando distorsionen los mercados. Con la última reforma de la PAC, el sistema de los pagos únicos afecta, entre las producciones más importantes, a los cultivos herbáceos, vacuno de carne y de leche, ovino y caprino, olivar, tabaco, semillas o algodón.El montante total de estos pagos supone, a partir de 2006, unos 4.500 millones de euros anuales. De esa cifra, 3.235 millones ya se cuentan como pagos desacoplados o desligados de la producción, mientras otros 1.000 millones siguen acoplados con la posibilidad de su cambio al otro sistema por parte del Gobierno español. Todos ellos serían fondos en la caja verde.

El problema del azúcar

Además de todo ello, hay que ver cómo quedan las ayudas en el azúcar, que también se quieren desligar de la producción según la actual propuesta de reforma, o las del vino, que también será debatida en 2006.

Hay ayudas como el 5% de los pagos acoplados o ligados a la producción en el olivar, el 35% de las ayudas al algodón, arroz o los frutos secos, que en principio se hallarían en la caja azul, donde se mantiene el debate sobre su impacto en el mercado. Finalmente, hay en este momento casi 900 millones de ayudas a la producción que se enmarcan en la caja ámbar y que se podría considerar que distorsionan los mercados donde se hallan, sobre todo las ayudas por kilo a los plátanos, forrajes, tomate, vinos para destilación o cítricos. Se estima, sin embargo, que los techos marcados por Bruselas pueden ser suficientes para no aplicar ningún recorte.

Asegurada prácticamente por una u otra vía la continuidad en las ayudas, medios agrarios y de la Administración coinciden en señalar como las más peligrosas las propuestas para facilitar el acceso a los mercados comunitarios. Bruselas propone un recorte medio de las medidas de protección arancelaria del 46%, con un abanico que va desde el 35% al 60%, y con la posibilidad de establecer un 8% de productos sensibles.

La salida a este punto es extremadamente compleja en función de que se trate de productos con o sin precios de entrada, así como con otras medidas como el establecimiento de contingentes. Se trata, en este momento, de uno de los debates abiertos para evitar la invasión de los mercados comunitarios. En el caso español, entre otras producciones, preocupan subsectores como frutas y hortalizas, y muy especialmente el tomate fresco, así como el azúcar, plátanos, los frutos secos, los cítricos y el conjunto de las carnes o los cereales, aunque hoy el gran desarrollo de la ganadería intensiva en España sitúa al país como el mayor importador.

Finalmente, la tercera pata de la propuesta comunitaria ante la OMC, y que prácticamente se da casi por segura su aprobación, es la eliminación de las ayudas o restituciones a las exportaciones.

En el conjunto de la UE, sobre el total de las ayudas, las restituciones ascendieron en 2004 a 3.377 millones de euros, de los que 1.500 fueron para los productos lácteos, 1.000 para el azúcar y 135 para los productos industriales transformados.

En el caso de España, sobre los 6.600 millones de ayudas, las restituciones solamente supusieron en el mismo periodo 125 millones de euros, de los que 39,5 fueron para los productos lácteos, 28,5 para el azúcar, 19 para el vacuno, 10 para el vino, 9 para frutas y hortalizas y 10,6 para una serie de productos transformados. Su eliminación no supondría un grave problema para la mayor parte de los sectores en comparación con el resto de la UE. El riesgo para España sería que las producciones excedentarias no exportadas en el resto de la UE pudieran invadir a bajos precios el mercado español, con el consiguiente efecto negativo en las rentas.

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