CDI El Golf Plus es más asequible y gasta menos
El Golf Plus y el Mercedes Clase B son dos familiares de última generación que exploran nuevos caminos para resolver las principales carencias estéticas y dinámicas de los monovolúmenes de su tamaño. Los dos recurren a unas carrocerías de diseño mestizo, a medio camino entre los turismos clásicos y estos modelos familiares, pero tienen una altura más comedida que los últimos para estilizar su figura y mejorar el comportamiento en carretera reduciendo las inercias y balanceos en las curvas. Sin embargo, por dentro son más amplios de lo habitual en los coches de sus medidas y aportan algunas funciones extras para mover los asientos: la banqueta trasera del VW se regula en longitud y la del Mercedes se puede sacar para ampliar la zona de carga.
Un Golf más alto y flexible
El Golf Plus mantiene una imagen muy similar al modelo de cinco puertas, pero cuenta con una carrocería 9,5 centímetros más alta que amplía la sensación de desahogo en el interior y permite ir sentado en una posición muy natural y con más espacio para las piernas en las plazas traseras, principal carencia del Golf. Esta versión cuesta unos 800 euros más que las carrocerías de cinco puertas del Golf y se ofrece con cuatro motores: 1.6 de 102 CV (18.960 euros) y 1.6 FSi de 115 CV (20.500) en gasolina, y 1.9 y 20 TDi de 105 y 140 CV en turbodiésel (desde 22.800 y 24.980 euros).
El familiar compacto de Mercedes
El Clase B es el familiar compacto de Mercedes y tiene una carrocería de estilo monovolumen que comparte la base del pequeño Clase A con una mayor longitud. Este diseño aporta un interior bastante amplio, pero sin la flexibilidad de los monovolúmenes para repartir el espacio: los asientos traseros no son individuales ni se regulan en longitud, aunque se pueden quitar.
El Clase B está disponible en seis versiones: B150 de 95 CV (22.600 euros), B170 de 116 CV (25.400), B200 de 136 CV (27.100) y B200 turbo de 193 CV (30.250) en gasolina. También existen dos turbodiésel, B180 y B200 CDi de 109 y 140 CV (25.800 y 29.100). El último es el elegido para esta prueba.
VW Golf Plus 2.0 TDi Sport
El estilo inconfundible del Golf en una carrocería un poco más alta que apenas se aprecia a simple vista. El Golf Plus es un turismo que aplica algunas soluciones interiores de los monovolúmenes para potenciar su funcionalidad como coche familiar sin penalizar la imagen y la calidad de conducción.
Conducción: 48 puntos (1º)
Se comporta casi igual que un turismo, apenas acusa las inercias en las curvas y es más ágil que el Mercedes, en parte porque tiene una carrocería menos voluminosa y también porque la unidad de pruebas montaba las ruedas opcionales de 17 pulgadas. El resultado es una estabilidad y manejabilidad un poco superiores, con una conducción más fácil y agradable que se aprecia sobre todo en ciudad y en zonas viradas. Además, circula siempre con aplomo en todos los trazados.
El motor 2.0 TDi (140 CV) responde con más fuerza desde 1.500 vueltas y sube de régimen con rapidez hasta 4.500, pero en la práctica ofrece unas prestaciones muy similares a las del Mercedes, que permiten viajar a buen ritmo, adelantar con rapidez y afrontar las subidas sin perder velocidad, incluso en sexta marcha y con el coche cargado. También se recupera mejor, en parte porque tiene un cambio con las velocidades más cortas que mejora el brío. Por lo demás, frena muy bien, tiene un ABS eficaz y ofrece una calidad de conducción superior al Clase B, con un equilibrio dinámico más conseguido.
Vida a bordo: 51 puntos (2º)
Es tan amplio como cualquier monovolumen de su tamaño, aunque los asientos traseros son de banqueta corrida en vez de individuales, como es habitual en estos coches. En cambio, no transmite la sensación de desahogo de su rival y ofrece menos espacio para las piernas en las plazas traseras. La banqueta posterior se regula 16 centímetros en longitud y aporta muchas ventajas porque mejora su flexibilidad para variar el reparto de espacio entre carga y pasajeros, y permite ampliar el maletero, una solución muy práctica cuando se viaja con niños y no se necesita tanta amplitud atrás.
El VW ofrece también más huecos para objetos, con cajones debajo de los asientos delanteros, portagafas, bolsas grandes en las cuatro puertas, dos posavasos junto al freno de mano y otros dos más retráctiles atrás. La base del maletero permite elegir entre dos alturas y se puede sacar, pero la capacidad es inferior a la del Clase B. Los asientos permiten ir sentado en una posición más natural y, aunque no son grandes, sujetan bien en las curvas. Todos estos detalles potencian su funcionalidad en el uso familiar.
El interior es frío, con una consola central austera y voluminosa que resta atractivo al conjunto, pero está bien acabado, con buenos materiales y ajustes que transmiten sensación de solidez y calidad. Sólo resulta más rumoroso que el Mercedes en carretera, y tanto la mecánica como la aerodinámica están peor aisladas.
Seguridad: 17 puntos (1º)
El Golf viene de serie con ABS, ESP, reposacabezas delanteros activos (reducen las lesiones cervicales) y seis airbags, dos más que su rival. El comportamiento es algo más ágil, pero igual de seguro.
Economía: 29 puntos (1º)
El punto fuerte del Golf Plus. No es un coche barato, pero cuesta 24.980 euros, 4.100 menos que el Mercedes, y, aparte de incluir un equipo de seguridad superior, añade detalles como los elevalunas eléctricos traseros, opcionales en el Clase B, y el volante regulable en altura y distanca, no disponible en el Mercedes. La dotación de serie cuenta con climatizador, ordenador de viaje y radio-CD.
El consumo en prueba del Golf Plus ha sido también más de un litro inferior: gasta menos de seis litros en conducción suave y se mantiene alrededor de ocho en ciudad y estirando las marchas.
Mercedes B 200 CDi
Un monovolumen elegante que aprovecha la exclusividad de Mercedes para situarse como el modelo más elitista de la categoría. Aporta un diseño con clase y una buena aerodinámica, pero tiene un aspecto algo pesado y voluminoso que penaliza la imagen, limita el dinamismo y la deportividad de la carrocería.
Conducción: 46 puntos (2º)
La línea y la configuración de la carrocería, con el piso más elevado, diferencian al Clase B de los monovolúmenes de su tamaño. Se aprecia en la posición de conducción, más alta y con una visibilidad superior a la del Golf, pero también se nota en la conducción, con un comportamiento menos ágil y unas inercias superiores en las curvas. Balancea poco en los virajes, porque tiene unas suspensiones de recorridos cortos que sujetan bien la carrocería, pero a pesar del tacto impecable de la dirección presenta unas reacciones más pesadas y ofrece una calidad de conducción menos lograda, sobre todo en zonas viradas. En cambio, el tacto suave de los mandos resulta muy agradable.
El motor 2.0 CDi turbodiésel (140 CV) incluye también un cambio manual de seis marchas, pero con unos desarrollos más largos que el Golf que penalizan el brío en ciudad y a bajas revoluciones. Además tiene un embrague poco progresivo y una primera marcha muy larga que, junto a la falta de fuerza por debajo de 1.800 vueltas, hacen fácil calarlo al arrancar y en los semáforos, un detalle incómodo en el tráfico urbano.
Las prestaciones son más que correctas y similares a las del Golf: permite viajar con soltura a punta de acelerador, adelanta sin apuros y afronta las subidas sin reducir, aunque con menos nervio que el VW porque lleva una sexta más larga.
Los frenos paran muy bien, y tanto el ABS como el ESP incluyen una electrónica a la última y actúan sólo cuando hace falta sin que se note.
Vida a bordo: 54 puntos (1º)
El Clase B es más amplio por dentro, sobre todo en longitud, porque su estructura de sándwich permite situar el piso por encima de la mecánica. Así, con una longitud casi igual, ofrece más espacio para las piernas en todas las plazas, y, aunque la banqueta trasera es fija y no se regula en longitud como la del Golf, cuenta con un maletero más grande y aprovechable que incluye también una bandeja en el piso con dos alturas.
El acceso a las plazas traseras también resulta más cómodo, porque tiene unas puertas más grandes, pero como lleva la base del piso más alta se va sentado en una posición menos natural y con las rodillas más elevadas. Los asientos posteriores se pueden plegar e incluso sacar, pero es menos flexible y modulable que el VW para repartir el espacio entre carga y pasajeros. En cambio, el Mercedes es más silencioso, cómodo y agradable para viajar, con unas suspensiones consistentes que filtran bien los baches y un interior mejor aislado.
Seguridad: 16 puntos (2º)
Viene de serie con ABS, ESP, reposacabezas delanteros activos y cuatro airbags, pero los de cortina son opcionales (305 euros). El comportamiento es muy seguro.
Economía: 23 puntos (2º)
Cuesta más caro, 29.100 euros, y el equipamiento de serie es algo inferior al del Golf: aparte de incluir dos airbags menos, los elevalunas traseros se pagan aparte (433 euros). Viene con climatizador, ordenador de viaje y radio-CD con los mandos en el volante, un detalle opcional en el VW.
Los consumos oficiales son similares a los del Golf Plus, pero en la prueba ha gastado más: siete litros en conducción tranquila y algo más de nueve en ciudad y apurando más las marchas.
CONCLUSIÓN
LOS DOS PROTAGONISTAS de esta prueba parten de una carrocería mestiza, entre turismo y monovolumen, para ofrecer algunas soluciones prácticas de estos últimos modelos que amplían su funcionalidad en el uso familiar. Además tienen un tamaño aceptable para aparcar en ciudad y no sacrifican la calidad de conducción y el comportamiento en carretera.
El Golf Plus 2.0 TDi se impone con cierto margen porque cuesta menos y aporta un equipo de serie superior, sobre todo en seguridad: incluye dos airbags más. Además, es más ágil y agradable de conducir, y tiene una estabilidad algo más eficaz en zonas viradas. Ofrece también un interior más flexible para repartir el espacio (las plazas traseras se regulan en longitud y permiten ampliar el maletero) y ha consumido un litro menos de gasóleo cada 100 kilómetros.
El Mercedes B 200 CDi se distingue con una imagen más elegante y exclusiva, pero tiene un diseño más voluminoso que acerca su imagen a la de los monovolúmenes. Su principal ventaja es la habitabilidad interior, con unas plazas traseras más desahogadas en espacio para las piernas y un maletero mayor. Es también algo más cómodo en los viajes largos, porque está mejor insonorizado, pero cuesta 4.100 euros más e incluye un equipamiento de serie menos completo que su rival.
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