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Música, danza, baile español y clásico componen la 'Iberia' de Carlos Saura

Participan Rosa Torres-Pardo, Enrique y Estrella Morente, Manolo Sanlúcar, Aída Gómez y otros

Amelia Castilla

Carlos Saura (Huesca, 1932) vuelve a dirigir su cámara hacia la música, esta vez con la banda sonora de Albéniz. Iberia, un proyecto en el que, además de flamenco, abre las posibilidades a la danza contemporánea, al baile español y al ballet clásico y en el que participan artistas como Rosa Torres-Pardo, Enrique Morente, Chano Domínguez y Aída Gómez se presentó el miércoles en el Festival de Cine de Valladolid y hoy llega a las carteleras. El realizador, con más de 40 películas en su filmografía, ha encontrado "la libertad" con el musical. En enero comienza el rodaje de un documental sobre el fado y ya prepara un guión sobre la música brasileña.

El filme Iberia, inspirado en la suite de Albéniz, en la que se recrean 12 piezas musicales de distintas zonas de España, arranca con una impactante jota, interpretada por Miguel Ángel Berna, ataviado con vaqueros y unas castañuelas transparentes. Enseguida, la cámara refleja una imagen general del rodaje en el hangar donde se ha filmado la mayor parte de la película. Entre los bailarines y los bastidores se distingue al director acompañado de su hijo Carlos -"mi asesor y mi soporte, y casi la única persona a la que hago caso"- supervisando una toma. En Iberia los ensayos introducen el momento en que los pasos se vuelven más sonoros y las luces más potentes. Como en Flamenco o en Sevillanas, el realizador parte de la ortodoxia para mostrar su visión heterodoxa de la música, un enfrentamiento que queda patente en una de las piezas en la que el flamenco se bate con el hip-hop.

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Albéniz, o el flamenco

La idea del productor, Álvaro Longoria, era rodar la suite sólo con Rosa Torres-Pardo, una virtuosa del piano, pero Saura optó por ampliar el abanico de artistas. "Elegí las piezas que me interesaban, como Granada o Torres Bermejas, y de acuerdo con Roque Baños, decidimos adaptar los números o entregárselos directamente a algunos de los artistas, como en el caso de Morente, Sara Baras o Manolo Sanlúcar, para que los hicieran suyos". En el filme participan también Antonio Canales, Estrella Morente, José Antonio, Patrick De Bana y Gerardo Núñez. El único artista que le ha fallado fue Paco de Lucía, demasiado cansado en los momentos en que debía rodar por la gira que el guitarrista realizaba en esos momentos.

"El musical ha sido el descubrimiento de la libertad. En el cine de ficción estás ceñido al argumento y a los personajes, hay una lógica que es la que impera. Sin embargo, en este género pones la cámara donde quieres, tienes delante a los artistas y lo interpretas con la cámara y el sonido. Pocas veces he visto tanta intensidad como cuando he rodado estas películas; los artistas han demostrado una profesionalidad admirable, ponen una entrega y un amor en lo que hacen que me emocionan", añade el realizador.

Seleccionar las piezas de Albéniz que quería destacar en el filme no le ha resultado complicado. Su madre era pianista y pasó su infancia escuchando a Granados, Turina y Mompou. "Es una música que me resulta muy cercana y por la que siento verdadera pasión. De hecho, la he utilizado en muchas de mis películas". De los cerca de 40 filmes rodados por Carlos Saura, los dedicados a la música, especialmente al flamenco, han resultado "los más agradecidos" de toda su carrera. "Han dado la vuelta al mundo", añade el realizador, que no hace mucho regresó de Moscú con una copia pirata de Carmen, comprada en la calle, y cuando viajó a Shanghai como invitado de un festival, el público sólo parecía interesado por los filmes en los que el director mostró su interés por el flamenco. La clave de este éxito se encuentra en que "el baile tiene un atractivo especial, y no sólo el flamenco, un invento genial que hemos empezado a explotar un poco tarde".

El próximo enero comienza el rodaje de un documental sobre el fado y ya le han ofrecido otro proyecto sobre música brasileña, en el que ya trabaja en el guión. Saura no oculta su fascinación por "las músicas nacidas en el XIX en las tabernas de las ciudades portuarias". El cine -"el arte total de nuestro siglo"- es su gran pasión, pero, entre película y película, no pierde el tiempo y se dedica a la fotografía (tiene más de 400 cámaras) y a la escritura. Lleva cerca de 20 años trabajando en un proyecto cinematográfico sobre Felipe II que algún día llevará a la pantalla. Como realizador, no se deja guiar por las modas y suele trabajar sin prisas. "En este país nunca estás seguro de nada. Aunque en el mundo del arte tu valía y tu suerte pueden ser factores determinantes antes o después, aquí hay que estar a la espera de que te peguen o no".

Carlos Saura, el pasado miércoles en la Seminci.
Carlos Saura, el pasado miércoles en la Seminci.EFE
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