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Reportaje:

Carlos Jiménez, abandonado

El baloncestista de Estudiantes no cuenta para su equipo por estar "descentrado" y ya duda de que el Madrid le fiche

Carlos Jiménez, dicen, empieza a sospechar que el Madrid le ha abandonado. Se siente solo. No sabe como dar la vuelta a una situación insostenible. No juega. Su afición le llama traidor. Sus aliados no dan señales de vida oficialmente desde hace un mes. El pasado domingo no jugó un solo minuto con su equipo, Estudiantes, ante el Barcelona. Juan Antonio Orenga, su entrenador, no le ve "motivado". Le ve "descentrado". "No hay más que verle la cara", murmuran desde el vestuario.

El baloncestista internacional tiene muy mala cara. Ya ha hecho lo que le pidieron que hiciera. Su tarea, una vez comprometido con el Madrid -"incluso con papeles firmados", comenta una fuente estudiantil-, era presionar a su actual club. Su historia se parece a la de los futbolistas Zidane, Ronaldo o Robinho. Primero, el Madrid contacta con el jugador, luego le convence y después le encarga la misión de escapar de su club imponiendo una política de hechos consumados. Pero, por el momento, el final es distinto. Jiménez sigue en Estudiantes. Ya ha dicho en voz alta, y varias veces, que se quiere marchar. Pero su club no cede.

Estudiantes asegura que tiene buenos argumentos para no hacerlo. Por ejemplo, su presidente, Fernando Bermúdez, recuerda que las únicas tres ofertas "oficiales" que aparecieron sobre su mesa por el alero fueron del Barcelona, del Akasvayu y del Tau Vitoria. Una de ellas, cercana a los dos millones y medio de euros. Que el Madrid, Florentino Pérez mediante, emergió mucho después y que su propuesta fue de un millón. Que no pensaba subir un céntimo esa cantidad y que, al serle rechazada, decidió abandonar la puja.

Mientras tanto, Antonio Martín, el director de la sección de baloncesto del Madrid, no quiere contestar a esas afirmaciones. "No vamos a hacer ningún comentario por respeto al jugador", repite sea cual sea la pregunta sobre el estado del caso Jiménez. Aunque eso sí, emplaza a un futuro impreciso en el que, dice, el "Madrid hablará". No se sabe si hablará para cerrar la operación o hablará para renunciar al fichaje. "Habrá que decir algo", zanja.

El entorno de Jiménez sostiene que Estudiantes le hizo firmar su contrato hace 18 meses y por seis temporadas por unas cantidades inasumibles para el propio club y una cláusula de rescisión de 3,6 millones con el objeto de hacer negocio con su traspaso. Y que él se prestó para favorecer a la entidad, que arrastra una gran deuda y en la que lleva jugando once años. Que Estudiantes desea traspasarlo, pero no al Madrid. Bermúdez asume que, efectivamente, el Madrid está vetado y enumera los "agravios" por los que se ha tomado esa decisión: "Hablaron con el jugador antes que con nosotros, lo que está prohibido por la ACB, y le dijeron que nos presionase para conseguir su fichaje por un precio menor que el que nos ofrecían otros clubes".

Además, desde la entidad estudiantil se asegura que no sólo se ha "tocado" a Jiménez, sino también a otros tres jugadores del club con contrato. Uno de ellos es Iturbe, que reconoció los contactos. El vitoriano, en una situación semejante a la de Jiménez, ha cambiado su actitud inicial y se ha integrado en el equipo colegial renunciando al traspaso. En ello ha tenido un papel importante el hecho de que el Madrid haya enrolado a Hamilton, del Joventut, y de que avisara de que no puede asumir más contrataciones.

A todo esto, Estudiantes ha perdido con claridad sus tres primeros partidos de la Liga ACB y es el último en la clasificación.

Jiménez, en un partido de su equipo, Estudiantes, con el Barça.
Jiménez, en un partido de su equipo, Estudiantes, con el Barça.VICENS GIMÉNEZ

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