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Un empleado municipal construye en Lanjarón cuatro cortijos sin licencia

El alcalde afirma que es normal ceder, previo pago, maquinaria para usos privados

Un empleado del Ayuntamiento de Lanjarón, Antonio Miguel Suárez Funes, está construyendo en la ladera sur de Sierra Nevada, junto a los límites del parque natural, cuatro cortijos que, según el propio municipio, carecen de licencia municipal de obras. Las obras de los cuatro cortijos, ubicados a unos 1.600 metros de altitud, en la sierra de Lanjarón, fueron paralizadas por decreto municipal el pasado 5 de octubre, aunque ayer, su promotor se encontraba trabajando en la zona, en compañía de otras tres personas.

Este empleado, según dijo ayer el PSOE, en la oposición, es "la mano derecha del alcalde" e, incluso, realiza encargos y tiene atribuciones que están fuera de la competencia de un trabajador contratado por el Ayuntamiento.

El alcalde de Lanjarón, José Rubio, del PP, dijo ayer que, en el momento en el que conoció la existencia de esta edificación ilegal, ordenó su paralización, y que a este vecino se le está tratando como a cualquier ciudadano.

El aparejador municipal explicó que la obra carece de licencia, ya que la solicitud para rehabilitar un cortijo viejo que existía en el paraje conocido como la Bordaila, -que es lo que el propietario ha presentado en el Ayuntamiento-, pasará por la Comisión de Gobierno del Ayuntamiento el próximo viernes. Suárez Funes dijo que cuenta con un permiso del Ayuntamiento aunque reconoció que aún no ha firmado ante el notario, por problemas de concordancia de datos en el Registro de la Propiedad, la segregación de su finca que, en teoría, le permitiría construir tres cortijos en cada una de las fincas desligadas de la matriz.

El aparejador municipal aseguró que son habituales las licencias de obras para reconstruir cortijos en donde los hubo, aunque para autorizar uno de nueva construcción es necesario cumplimentar una completa tramitación que el promotor dice poseer.En cualquier caso, en el Ayuntamiento de Lanjarón sólo consta una solicitud de permiso de obras para el primer cortijo.

El alcalde aseguró que a este vecino se le está tratando como a cualquier otro ciudadano de Lanjarón. La finca del empleado municipal está situada a pocos metros del límite de la zona calcinada en el reciente incendio que afectó a 2.610 hectáreas de la ladera sur de Sierra Nevada. Sin embargo, en la construcción de los cortijos, Antonio Suárez Funes utilizó, por lo menos un día, según él mismo ha reconocido, una máquina retroexcavadora, propiedad de la Mancomunidad de Municipios de la Alpujarra, cedida al Ayuntamiento para uso del municipio.

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Antonio Suárez Funes reconoció ayer a este diario que utilizó la máquina, "ya que estaba parada", dijo. Según explicó, "es normal que esta retroexcavadora sea usada por los vecinos pagando al Ayuntamiento lo que cueste su servicio". A su juicio, es una práctica normal que también ha realizado el concejal de Obras Públicas.

El alcalde de Lanjarón, José Rubio, del PP, dijo que esta utilización es "normal", aunque aseguró desconocer que el empleado municipal la había utilizado para trabajar en una obra ilegal que el mismo regidor había paralizado días antes.

Fuentes de la Mancomunidad de Municipios de la Alpujarra explicaron que esta práctica de subarrendamiento de la maquinaria no está contemplada en el convenio que suscribió este organismo supramunicipal con cada uno de las localidades de la comarca, incluida Lanjarón. Fuentes de la Diputación Provincial hablaron ayer de "práctica irregular".

La portavoz del grupo del PSOE en el Ayuntamiento de Lanjarón, Encarnación Tito, dijo ayer que "el alcalde confunde habitualmente lo público con lo privado". La portavoz del principal grupo de la oposición aseguró desconocer que la máquina estuviera a disposición de los vecinos y que el Ayuntamiento cobre por ello, algo que consideró "grave".

Su grupo pedirá explicaciones al alcalde sobre el uso de esta maquinaria por parte de trabajadores municipales "allegados a él", dijo, y por miembros de su equipo de gobierno, como reconoció el trabajar municipal.

Encarnación Tito dijo desconocer en concepto de qué puede cobrar el Ayuntamiento una cantidad por el uso de esta máquina, que no es de su propiedad. El alcalde reconoció que "es normal que se pague" por las horas de uso de la retroexcavadora.

Varios vecinos de la sierra de Lanjarón vieron el día 8 de octubre cómo la máquina de la Mancomunidad de Municipios abandonaba la finca donde el trabajador municipal está construyendo cuatro cortijos ilegales. El propio promotor así lo admitió, quitándole importancia. De ser cierta esa fecha, la máquina estuvo trabajando en esta finca cuando la orden de paralización de la obra ya había sido firmada por el alcalde, tres días antes.

Ningún vecino de Lanjarón preguntado ayer por este diario, conoce la disponibilidad para trabajar en asuntos privados, de la máquina cedida por la Mancomunidad de Municipios. Tampoco ninguno conoce a ningún otro vecino que la haya utilizado. El alcalde, sin embargo, explicó que "entra dentro de la lógica", dijo, "que si la máquina está parada, el Ayuntamiento pueda cederla a los vecinos que la necesiten siempre y cuando éstos paguen lo que supone de gasto".

Las fuentes consultadas de la Mancomunidad dijeron que el Ayuntamiento paga a este organismo un canon por el uso de la maquinaria. A cambio, la agrupación de ayuntamientos paga el contrato del conductor y pone la maquinaria al servicio de los municipios que lo solicitan convenientemente. Mediante esta operación, los ayuntamientos pueden ahorrarse una buena cantidad de dinero en la ejecución de pequeñas obras municipales u obras de emergencia.

Lo que, en cualquier caso, no está previsto en el convenio suscrito para tal fin, es la cesión de la maquinaria a un particular para asuntos propios y, mucho menos, pagando.

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