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Reportaje:

El flamenco se quita las canas

El mestizaje del cante jondo se topará con las nuevas tecnologías en las cibersedes andaluzas

Javier Martín-Arroyo

Lo jondo amplía miras. El cante ancestral más libérrimo se va a topar de lleno y muy pronto con las nuevas tecnologías. Entrará en cibersalas, y las descargas de reliquias añejas del cante y el toque serán en breve una realidad. Dice un viejo dicho que el mejor flamenco se escucha en Madrid, fuera de Andalucía. Es posible que la situación se invierta en los próximos años si la llamada industria del flamenco se convierte por fin en una realidad en la comunidad que lo vio nacer.

"Siempre está latente la contradicción de preservar la ortodoxia flamenca y a la vez abrirse a nuevos caminos. Pero este arte no se puede dejar en una cajita como si fuera un museo", expone Ramón López, director del Festival de la Guitarra de Córdoba. Fusiones ya clásicas con el jazz y el rock, timbres renovados de artistas jóvenes, instrumentos como la armónica o el sitar, audiencias internacionales más allá del tópico japonés... Los tentáculos del flamenco crecen, incluidas sus remozadas perspectivas.

Una vez asentado un circuito de actuaciones que al margen de los festivales y peñas emule la ejemplar programación del Teatro Central de Sevilla, los aficionados podrán disfrutar de los cantes con cierta asiduidad. Mientras tanto, del estudio y difusión del patrimonio se encargará la Agencia Andaluza del Flamenco. Este organismo, con una plantilla de 50 empleados entre los que destacan 20 artistas del Ballet Andaluz de Flamenco, inaugurará en las próximas semanas su sede sevillana que se une a la del Centro Andaluz del Flamenco de Jerez, que documenta los mejores y más ricos archivos de lo jondo.

En la sede sevillana se instalan estos días unas cibersalas en las que el público podrá consultar y adquirir la información y fondos de su penetrante discoteca. Aquella en la que el flamenco de más solera resuena entre la fragua y las minas. "La intención es que cualquier usuario se conecte a un terminal con grabadora para elaborar sus propios discos compactos con una selección ideal de cantes", explica Alberto Bandrés, director de la agencia. Además, estas cibersedes incluyen una tienda donde adquirir libros y discos flamencos editados en el mercado, y una sala de proyecciones multiusos para conferencias y la exhibición de documentales.

La intención de la agencia es recabar la colaboración de la Consejería de Innovación para exportar el proyecto al resto de provincias, donde instalar otras cibersedes, además de una "sede portátil" que se desplazaría en un autobús por los pueblos andaluces. "El reto ahora es que no defraude y conseguir que la transmisión de datos sea rápida y segura", apunta Bandrés.

Al margen de la tecnología, para ampliar horizontes ayer se reunieron en Granada los responsables del Legado Andalusí, del Instituto de Cultura Árabe de París y de la Agencia Andaluza del Flamenco para alcanzar un convenio que fomente la relación del flamenco con el resto de músicas mediterráneas. Su objetivo es multiplicar la programación de conciertos y simposios, y publicar libros y discos en la senda de El Lebrijano y el violinista marroquí Façial, unidos en el disco Puertas abiertas. "Se trata de entrar en el legado musical y ver hasta qué punto podemos indagar en su conexión con el flamenco", avanza Jerónimo Páez, director del Legado Andalusí.

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Mientras que en Córdoba meditan cómo centrar las actividades en torno a la guitarra debido a la gran difusión que ya posee el instrumento en la ciudad, en Málaga se pergeña coordinar acciones junto a las peñas de aficionados como experiencia piloto.

El primer paso será hacer una relación de estas peñas, convertidas en ocasiones en instituciones como la de Juan Breva, pero que en otros sobreviven a duras penas. "Existe una descoordinación en las ayudas que los distintos organismos ofrecen a las peñas para su financiación, y los festivales serían citas más turísticas y atractivas si sus organizadores no se empeñaran en acabar al alba", se queja Bandrés. La intención es propiciar la coordinación de fechas y evitar que artistas como Paco de Lucía y Sara Baras actúen el mismo día en la misma provincia, como ocurrió recientemente en Málaga.

En su política de nuevos espectáculos, la agencia persigue tutelar la producción de nuevos montajes de artistas jóvenes. "Es mucho más rentable que tirar el dinero como hasta ahora en producciones que tenían un corto recorrido", explica Bandrés, cuya última apuesta ha sido Rocío Molina. Bailaora de sólo 21 años, Molina ha presentado su propio montaje junto a la coplera Pasión Vega en la bienal Málaga en Flamenco y cuenta con director musical, teatral y dramaturgo para su lucimiento en las tablas.

Suculentas grabaciones

Las históricas grabaciones del famoso productor Ricardo Pachón serán las más sabrosas aportaciones a la discoteca de la Agencia Andaluza del Flamenco. Pronto estarán disponibles de manera gratuita junto al resto de joyas que conserva el centro. "Su miedo es que las grabaciones, conservadas en cintas de casete, se estropeen o un incendio se las lleve para siempre", cuenta su director Alberto Bandrés.

El productor de la mayoría de los discos de Camarón y Pata Negra ha ofrecido cintas con cantes de Pastora Pavón, la mítica Niña de los Peines, que valen su peso en oro y que ahora serán digitalizadas para el disfrute colectivo. "Desde 1977 registré a los mejores cantaores en su salsa: La Paquera, Lebrijano, Rancapino, Menese, Fosforito, Turronero, Juan Talega... Una etapa dorada del cante que no existe en discos", explicó en su día Pachón. "En su casa no hay personas, sino cintas", añade Bandrés.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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