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Crónica:FÚTBOL | Tercera jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

La soberbia pierde al Celta

El Racing pudo ver aumentada su ventaja si Aganzo no hubiese fallado un penalti

Desaparecieron los oropeles del Bernabéu y todos los buenos propósitos del Celta se derrumbaron como un castillo de naipes. La cómoda victoria ante el Málaga y la proeza de Chamartín inflaron la vanidad del Celta, que observó la llegada del Racing como un asunto menor. Pero el recién ascendido es el equipo de Balaídos, que al principio por soberbia y después por precipitación se convirtió en un rival cómodo para el grupo de Manuel Preciado. El Racing esperó con paciencia su oportunidad, la convirtió y devolvió al Celta al planeta tierra, tras una semana vivida entre pompas de jabón.

Se dice del Racing que ha perdido calidad en todas sus líneas, pero ha ganado a Óscar Serrano. El ex jugador del Espanyol se pegó a la banda izquierda, aguardó el balón y se lanzó hacia el área de Pinto con la barbilla levantada cada vez que Ángel desguarneció su flanco, lo que ocurrió a menudo. Y cuando pilló al lateral canario en su casilla, le clavó al suelo con un quiebro de cintura, en una jugada que culminó con un buen centro y un gran remate de Casquero, imposible para el portero céltico.

CELTA 0 - RACING 1

Celta: Pinto; Ángel, Sergio, Contreras, Placente; Iriney, Oubiña; Núñez (Javi Guerrero, m. 65), Canobbio (Silva, m. 13), Gustavo López (Perera, m. 65); y Baiano.

Racing: Aouaté; Pinillos, Moratón, Samuel, Ayoze; Vitolo, Casquero; Óscar Serrano (Matabuena, m. 90), Melo, Dalmat (Aganzo, m. 67); y Antoñito (Raúl, m. 81).

Gol: 0-1. M. 60. Gran jugada de Óscar Serrano por la izquierda, que centra para que Casquero remate a la red.

Árbitro: Rubinos Pérez. Mostró tarjetas amarillas a Sergio, Pinillos, Moratón, Samuel, Ayoze y Óscar Serrano.

Unos 17.000 espectadores en Balaídos.

Y empezó un nuevo partido, que descubrió que si el Celta sabe pecar de vanidad, también lo puede hacer de arrebato, acentuado por un toque de corneta de Fernando Vázquez que sólo contribuyó al caos. El Celta confió demasiado en Baiano, también vigilado al límite del reglamento, y el que cazó el gol fue Casquero. El entrenador de los vigueses buscó un atajo para solucionarlo, al sustituir a los extremos por otros dos delanteros que, alejados de su hábitat del área, sacaron lo peor del Celta, que ante el Racing tropezó bruscamente con la realidad. El final pudo ser peor si Aganzo no falla un penalti a favor del Racing en los minutos postreros.

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