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Buenafuente dijo | CULTURA Y ESPECTÁCULOS
Columna
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¿Quién da la vez?

La noticia: "Más de cuatro millones de fieles pasan por delante del féretro de Juan Pablo II".

La fecha: jueves 7 de abril de 2005.

Se calcula que más de cuatro millones de fieles han pasado por delante del féretro del Papa. Si el camarlengo ha tenido que darle el pésame a todos, debe tener un antebrazo como Popeye.

Algunos llegaron a tardar veinte horas en poder entrar en la basílica. Como para que luego el segurata no te deje entrar: "Lo siento, el alzacuellos que lleva no está homologado".

Es que estos días Roma es una locura. Si un tío se para en cualquier sitio a atarse el zapato, en un segundo se le aparecen dos mil fieles detrás haciendo cola: "¿Es el último pal Papa, no?".

Una de las colas más feas que existen es la del 'pollo a l'ast' un domingo de verano. Vas sin decoro, sin dignidad

Pero el mundo de las colas se ha modernizado. Ahora ponen esas cintas de recorrido zigzagueante. Es un gran invento. Puede haber tranquilamente un millón de personas en un metro cuadrado. Eso lo inventaron los de Ikea para el sábado por la tarde.

Yo donde me pongo más nervioso es en las colas de los aeropuertos. Me siento un delincuente. Tener que pasar por el arco detector me estresa. Yo, antes de coger un avión nunca como lentejas, por si pita. Como tienen mucho hierro... ¿Ustedes han pasado por el arco detector de Barajas a Barcelona? Todo pita, lo tienen a tope. Es que ves a la gente quitándose los collares, los anillos, el cinturón, los sostenes con varilla... Más que un aeropuerto eso parece el inicio de una orgía. Y encima el arco sigue pitando. Un tío, ya cansado, cogió unos alicates y se arrancó los empastes: "A ved si diene codones de pitad ahoda".

Una de la colas más feas que existen es la del pollo a l'ast un domingo de verano. Vas sin decoro, sin dignidad, sin educación. Llegas allí como estabas en la playa, con bañador, sin camiseta, las mujeres con el pareo... Que se mezcla el olor del pollo con el aftersun. Son las tres y media de la tarde, no has comido, vienes destrozado del sol, la arena, la sal, y tú estás allí en la cola. Te dicen: "¿Le tiro caldito?". Y tú: "Me da igual, póngame el pollo, que me estoy desmayando".

También me da mal rollo ser el último de la cola. Me siento el más pringado. Todos entrarán antes que yo. Hasta que no se me pone uno detrás no me relajo. Bueno, depende...

El problema de las colas es cuando te ves obligado a dejarla por alguna emergencia. Para no perder el turno, tienes que dejar algo en la cola que te pertenezca. Normalmente dejas a la pareja. Se dan casos de que ya no la vuelven a recoger.

Pero no siempre vas acompañado. Yo una vez estuve haciendo cola detrás de un mechero. Sí, sí. El de delante, un tío, con dos cojones, me dijo: "Me voy un momento, dejo esto guardando el sitio". Y lo puso en el suelo. Por un momento pensé: "Este tío es un imbécil, pero un imbécil con imaginación". Y yo, que soy de buena fe, cuando avanzaba la cola, moviendo el mechero por el suelo. Parecía que estaba jugando al ajedrez. Y el tío que no venía. Y yo moviendo el mecherito. Dos horas así. Al final ya le hablaba: "Cómo quema el trabajo, ¿eh?". Y el mechero: "Sí. Y eso que curro a medio gas...".

Y el tío que no venía. Cuando llegamos a la taquilla, me compré una entrada para mí y una para el mechero. Dice: "¿Para qué peli?". Digo: "Para El coloso en llamas". Y le senté a mi lado, en una de esas sillitas para niños. Comiendo palomitas, y vi que me miraba... Incluso le hice un cucurucho de cartón con un billete de metro y le puse tres palomitas dentro. Mira, le cogí cariño al mechero. Lo iba a traer, pero le tengo haciendo cola para el concierto de Bruce Springsteen.

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