Otra vez en calzoncillos
Igual que en el año del ascenso, la plantilla del Getafe cumplió con los estereotipos y descorchó decenas de botellas de cava en el vestuario para conmemorar su hazaña. Con tanto sofoco y tanto alcohol empapando al personal, la mitad de la plantilla acabó en calzoncillos. La estampa de Cubillo, que enseñó sin pudor sus shorts en una instantánea que no robó ningún paparazzi, recordó a la de Craioveanu hace un año, tras ganar la última jornada, al Tenerife.
"Los corchos de las botellas se estaban resistiendo", reía el veterano delantero antes del encuentro. "Desde ayer [el sábado] por la tarde ya nos llamamos dándonos la enhorabuena, el vestuario está loco de alegría. Estas tres semanas que quedan van a ser un placer y una fiesta", recalcó uno de los cedidos, el sevillista Gallardo. El presidente, Ángel Torres, que el sábado celebró su cumpleaños, sólo sonreía. "Ha sido un gran año. Si el anterior fue importante, éste mucho más", confió el mandatario, que aspira a consolidar el equipo en la Liga de las Estrellas "de aquí a tres años".
"Sí, me han duchado", respondió Quique Flores. Sus hombres no habían respetado su rango. "Tengo contrato en vigor y, si hay que cumplir el contrato con el Getafe, se cumple", abundó. El técnico se enteró de la cesión de Míchel al Almería en la comida que precedió al encuentro.