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Una chispa en el polvorín

El delegado del Gobierno convoca una reunión urgente para abordar el deterioro social de Villaverde

Villaverde es un polvorín y la muerte a puñaladas de Manu ha prendido la mecha. Los residentes en este distrito, uno de los más deprimidos de Madrid, sienten que a las autoridades no les importan las abrumadoras cifras que hablan de su deterioro (9% de paro y una de las rentas más bajas de la capital). Además, el hecho de que el 18% de los vecinos sea inmigrante ha complicado la situación social del barrio. Sólo faltaba una chispa para explotar. El pasado viernes, cientos de jóvenes atacaron a inmigrantes para vengar la muerte del joven Manuel G.C., Manu, apuñalado por un dominicano. El delegado del Gobierno, Constantino Méndez, ha convocado para mañana una reunión de "urgencia" con el Ayuntamiento y responsables policiales y vecinales.

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La tensa situación que vive Villaverde desde que el pasado día 2 Manuel G. C. fuese acuchillado por un dominicano "ha sido la gota que ha colmado el vaso de lo que pasa en este distrito", según denuncian los vecinos, que hace tiempo que se sienten "abandonados" por las autoridades. Cada cierto tiempo, tanto el Ayuntamiento como el Gobierno regional anuncian planes e inversiones para el distrito, pero éste no termina de levantar cabeza.

Villaverde (144.000 habitantes) es una de las zonas más deprimidas y con grandes déficits económicos, educativos y sociales. Esto, unido a que el 18% de los vecinos es inmigrante (con un crecimiento del 35% frente al 21% de media madrileña) y a la falta de inversiones ha convertido a esta zona en una "una bomba de relojería", según los residentes. "Sólo faltaba algo que encendiese la mecha. Lo de Manu ha sido la historia de una muerte anunciada", explicó Prado de la Mata, de la Asociación de Vecinos de San Cristóbal de los Ángeles.

Lo ocurrido el pasado viernes, cuando cientos de jóvenes atacaron a inmigrantes para vengar el crimen de Manuel G.C., han movido al delegado del Gobierno, Constantino Méndez, a convocar una reunión de urgencia el próximo lunes. Al encuentro están llamados el concejal de Seguridad, Pedro Calvo, la Policía Municipal, el Cuerpo Nacional de Policía y las entidades vecinales. "En la reunión estudiaremos las medidas que hay que tomar y que involucrarán a las policías Nacional y Municipal", señaló Méndez.

Én declaraciones a la cadena SER, Méndez calificó la jornada del pasado viernes de "normal", aunque más tarde matizó que había sido "normal policialmente hablando", es decir, "con incidentes propios de la vida del barrio".

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El concejal del distrito, Carlos Izquierdo (PP), ha convocado también para mañana el Consejo Local de Seguridad de Villaverde. La Coordinadora de Asociaciones de Vecinos de Villaverde pide que en la reunión se pongan sobre la mesa los datos oficiales que reflejan la realidad del distrito. "No es un problema de razas. Es de todo el barrio", se queja.

Sus habitantes tienen una de las rentas per cápita más bajas de la ciudad (8.100 euros). En la tasa de empleo no les va mejor: Villaverde sufre uno de los paros más elevados (9%, cuando la media de la región es del 6%). Sus viviendas son las más baratas de la capital, lo que ha atraído en masa a la población extranjera.

Los centros educativos "están al límite de su capacidad", según reconoció en una comparecencia parlamentaria, el pasado febrero, el director general de Centros Docentes, Javier Restán. IU asegura, además, que el 70% de los profesores del distrito tiene pedido el traslado. En los centros públicos, el 26% son chicos inmigrantes, una cifra que baja hasta el 12% en los concertados.La presencia de numerosos policías en la zona ha evitado, de momento, que se repitan los altercados ocurridos el pasado viernes por la tarde. "Echas más horas que un madero en Villaverde", bromeaban en la madrugada del sábado un grupo de españoles, prácticamente los únicos que pululaban por uno de los parques del barrio de Oroquieta. Con la noche cerrada, no había inmigrantes y sí mucha policía. De madrugada, los rumores se disparaban: "Van a venir los ultras del Frente Atlético", "los dominicanos y los españoles han quedado a las dos de la mañana para pegarse allí, en el cruce", se oía por los bares. Pero la noche transcurrió tranquila.

Méndez, el delegado del Gobierno en Madrid, explicó que la policía no había hecho detenciones tras los incidentes porque "no se dio ninguna de las circunstancias de alarma y de tensión" que lo justificaran.

Méndez considera que lo ocurrido en Villaverde pone de manifiesto el fracaso de las diversas administraciones, que no han realizado las "políticas sociales" adecuadas para responder a las necesidades de los vecinos.

"Llevamos muchos meses trabajando con representantes vecinales en una buena orientación de política policial. Pero no se trata de un problema policial, sino que la respuesta institucional debe ser mucho más amplia y estar basada en medidas sociales", dijo Méndez. Éste considera que el Ayuntamiento y el Gobierno regional deben de mejorar la calidad de vida de los vecinos de ese distrito.

La portavoz municipal de IU, Inés Sabanés, exigió la puesta en marcha de medidas sociales y de seguridad, que "están contenidas en planes ya pactados pero que no se han desarrollado".

Por la mañana, los inmigrantes que viven en la zona trataban de recuperar la normalidad tras los altercados del viernes. Todos menos los dominicanos, que apenas pisaron los parques y las canchas de baloncesto, sus lugares habituales de reunión. "¿Qué dónde están los dominicanos? ¡Escondidos! ¡Encuéntralos!", contestó un grupo de ecuatorianos, señalando las laberínticas calles del distrito.

Las pintadas xenófobas adornaban algunas paredes de las calles de Villaverde Bajo: "Sin puñales, en pañales". Los numerosos locutorios del barrio -los locales que más sufrieron la ira de los violentos- abrieron sus puertas hasta poco antes de las siete de la tarde de ayer, hora en la que los rumores hablaban de una nueva reunión de "españoles" para continuar con los actos vandálicos.

"Con miedo, pero hay que seguir adelante", decía el dueño de un locutorio. A lo largo de todo el día se vieron por la calle inmigrantes de todas las edades, aunque los dominicanos prefirieron en su mayoría quedarse en casa o reunidos en sus bares. Jóvenes, familias con niños, mayores... todos hablaban de lo ocurrido. Y sugerían: "Deberíamos organizarnos y no dejar que nos avasallaran", proponía una joven dominicana.

Víctor Sánchez Rincones, el periodista del diario Latino que fue agredido el pasado viernes por un grupo de incontrolados, se recupera en su casa de las heridas. Una gran venda blanca le cubría media cabeza. "Me asusté mucho. No me mataron porque un hombre español pidió a los atacantes que pararan", recuerda.

La Coordinadora de las Asociaciones de Villaverde, que engloba a una docena de entidades, ha convocado para el martes una manifestación con el lema "No a la violencia. Sí a la convivencia". "Queremos que se calmen los ánimos, evitar brotes xenófobos. Se nos está llamando racistas y no somos racistas", aseguró Teresa González, portavoz de la coordinadora. Ésta atribuyó los incidentes del pasado viernes "a gente de fuera del distrito". "Estarían también los críos del barrio, pero manipulados por gente de fuera", concluyó.

Unos inmigrantes pasan delante de una pintada alusiva a la muerte de Manuel G. C.
Unos inmigrantes pasan delante de una pintada alusiva a la muerte de Manuel G. C.CLAUDIO ÁLVAREZ

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