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La gestión de Ford y GM

Las dudas sobre el modelo de gestión de General Motors y Ford llevaron el jueves a Standard & Poor?s a recortar drásticamente a bonos basura la valoración crediticia de los dos gigantes de Detroit. Los dos acosan una abultada deuda que, sumada a la continua pérdida de mercado frente a sus rivales japonesas, hace temer seriamente sobre su estabilidad financiera.

La acción del S&P es poco usual, por no decir histórica, aunque esperada. El volumen de la deuda a largo plazo de GM asciende a 291.800 millones de dólares, mientras que la de Ford a 161.300 millones. Para la agencia, los números muestran en "claro deterioro" de la situación para los dos fabricantes, por eso señalan que "a nadie le debería pillar por sorpresa" su decisión de recalificar el rating.

El Automotive Trade Policy Council, con sede en Washington, señala que el alza de los costes laborales sumó 1.220 dólares al precio de producción de cada coche producido en 2003, frente a los 450 dólares en Asia y Europa.

Pero las dudas sobre la estrategia seguida por los dos titanes durante los últimos años se hacen aún más evidentes al ver como los fabricantes japoneses Toyota, Nissan y Honda controlan ya el 30% del mercado en EE UU, con coches energéticamente más eficientes y más baratos. Se da además la circunstancia de que los tres japonesas tienen establecidas sus propias plantas de producción en el país, pero operan con una estructura más flexible que les permite adaptarse con rapidez a la dinámica del mercado.

Sin embargo, en Wall Street se resta pesimismo a la situación y se deja claro que la industria de automoción estadounidense "no está muerta", mientras confían en que los dos grandes de Detroit superarán "los problemas actuales" si son capaces de cambiar sus modelos de gestión.

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