_
_
_
_
_

Álvarez pactará el relevo de Calvo en la Cámara para evitar más conflictos

El líder del PA hará una propuesta formal al grupo parlamentario esta semana

Aunque los conflictos no dejan de colear en el PA, el secretario general, Julián Álvarez, se mantiene firme en la estrategia de evitar a toda costa la pelea pública. Lo mismo que esperó cuatro meses para que Antonio Ortega, su predecesor, dejara el escaño en el Parlamento, está dispuesto a pactar el traspaso de la portavocía de José Calvo a Pilar González a medio o largo plazo, si con ello pone fin a la resistencia del sector que perdió el congreso.

La nueva dirección andalucista no ha dejado de sortear contrariedades desde que en diciembre pasado ganara el 13º congreso al sector de Antonio Ortega. Se daba por hecho que los cónclaves provinciales que estatutariamente siguen al congreso nacional fueran como una especie de partido de vuelta y que parte de los perdedores se acantonaran en las organizaciones locales. Ha sido algo más que eso: los renovadores han vencido en seis de los siete congresos que se han celebrado (sólo Cádiz permanece fiel a la antigua mayoría), pero la asamblea de Huelva está suspendida por un juzgado después de que el secretario provincial, Miguel Romero, interpusiese una denuncia por "irregularidades". Además, cuatro de los nueve miembros de la Comisión de Garantías han escrito una carta de renuncia por idénticos motivos.

El problema de Huelva tiene difícil arreglo: habrá que esperar a una resolución judicial, si bien la permanencia de Romero, aseguran fuentes de la dirección, es más que cuestionable, habida cuenta de que ha llevado a los tribunales de justicia a su propio partido. De momento, no se han planteado medidas disciplinarias contra nadie, aunque las mismas fuentes advierten de que el periodo congresual ha terminado y ya no son tolerables las declaraciones en tono de insulto al secretario general, así como las peticiones públicas de dimisión. "Ya se ha acabado el tiempo de las trincheras", dice un dirigente.

Al margen del caso de Huelva -que se considera residual-, el principal escollo de Álvarez es la reestructuración del grupo parlamentario. Tras la renuncia de Ortega, quien, a día de hoy, está fuera de la batalla política, la proporción es de tres a dos: José Calvo, Antonio Moreno y Miguel Romero, de los antiguos oficialistas; y Pilar González e Ildefonso Dell'Olmo, de los renovadores. Pese que la ejecutiva, en su primera reunión, acordó que González fuera la sustituta de Calvo en la portavocía, ésta decisión quedó en suspenso hasta que se diera un clima más propicio (una vez resueltos los congresos provinciales).

Un sector de la dirección estima urgente hacer visible en el Parlamento la renovación del PA y se muestra contrario a esperar cuatro o cinco meses, mientras los recursos que el grupo obtiene de la Cámara siguen bloqueados. "No hemos podido hacer política, llevamos cuatro meses con temas internos", dice uno de sus miembros.

Sin embargo, Álvarez busca una salida templada. "Con Antonio Ortega se tuvo paciencia y, aunque tardó cuatro meses en cumplir la palabra dada de renunciar al acta de diputado, al final conseguimos pactar su marcha, lo que nos permitió ir a los congresos provinciales sin el paraguas unitario de la resistencia en el ámbito andaluz", explica otro dirigente.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

El secretario general se ha reunido por separado con cada uno de los parlamentarios y luego se ha producido una reunión conjunta. Álvarez llevará el sábado a la ejecutiva una propuesta formal que pasa, según fuentes próximas, por ser flexible con los plazos y fraguar el relevo en el próximo período de sesiones o aún más adelante.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_