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FÚTBOL | 34ª Jornada de Liga

"No ganar sería regalar el título"

Luxemburgo exige una victoria del Madrid en Anoeta porque da por seguro que el Barça vencerá

Diego Torres

El tiempo de la Liga se agota y las consignas se repiten con frecuencia monótona. Pero hay días en que todo es irrevocable. Suelen ser días de primavera, tibios, anunciando el verano. Días como el de hoy, que amanecen con el Madrid concentrado en el hotel María Cristina, junto al río Urumea, esperando a que den las ocho de la tarde para subir al autobús que lleva a Anoeta. Sin Salgado, ni Zidane, ni Samuel, sancionados; ni Figo, sorprendentemente lesionado. Cuatro bajas sensibles para enfrentarse a una Real expectante ante el calibre de lo que tiene entre manos. Si los locales ganan, se acabó la Liga.

Desde el año 2000 el Madrid no gana en Anoeta y hoy no le queda más remedio que hacerlo si no quiere perder de vista al Barça a falta de cuatro jornadas. Esas cuatro jornadas que aguardan al Madrid después de mañana: Racing, Sevilla, Atlético y Zaragoza. El último tramo del campeonato, el centro de todas las cábalas de Vanderlei Luxemburgo, el entrenador madridista, que acaricia la esperanza de pasar al Barça en esos últimos cuatro partidos. Un sueño sólo realizable con el requisito de sacar los tres puntos de San Sebastián. Porque, como dijo ayer Luxemburgo: "Si no ganamos, tendremos que conformarnos con el segundo puesto. Tengo la certeza de que el Barça vencerá al Albacete y no vamos a regalar la Liga. Perder sería hacerlo".

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A veces, en el fútbol sólo vale ganar. Cuando pasa, se dice que el equipo está ante una "final". Eso es lo que dijo ayer Luxemburgo, que decidió darle solemnidad al entrenamiento para meter a sus jugadores en harina. Para inculcarles la tensión "psicológica" el técnico puso a la plantilla a entrenar en el Benabéu. Rodeados de gradas vacías, los jugadores se repartieron los petos y disputaron un partido riguroso. Con el técnico dando órdenes a cada momento, el de ayer no se pareció en nada a los entrenamientos previos que ha venido realizando el Madrid últimamente. La sesión no tuvo nada de lúdico. No hubo cambios de posiciones. Fue un simulacro con fuego real. Celades ocupó la posición de lateral derecho en sustitución de Salgado; Pavón se situó como central en lugar de Samuel; y Solari se hizo con la plaza dejada por Zidane.

"He querido hacer un entrenamiento muy serio", comentó el técnico, "para que los jugadores sean conscientes de lo que nos estamos jugando. Era necesario para que vean que no estamos relajados. Para que estemos concentrados, con seriedad. Porque psicológicamente va a ser un partido difícil. Ellos no habrán olvidado los seis minutos en que perdieron en el Bernabéu y saldrán con mucha fuerza".

La Real es el primer rival al que se enfrentó el Madrid con Luxemburgo en el banquillo. Fue en enero, en el Bernabéu, y el técnico se ganó la consideración de hombre con suerte entre sus futbolistas. Antes de saltar al campo para jugar los seis minutos que faltaban, les dijo: "Ellos creen que es imposible perder un partido en seis minutos; así que vamos a sorprenderlos y vamos a ganarles". Diez minutos después, Luxemburgo recibía las felicitaciones de sus hombres.

Hoy, Luxemburgo teme una venganza. El Madrid ha cobrado fuerza moral pero, como reconoció el técnico, le cuesta cada vez más "mantener la ilusión". La respuesta del Barça en Málaga, el domingo pasado, fue un sopapo. El vestuario madridista supo que no les quedaba margen de error. Eso supone que hoy deberán ganarle a la Real.

La Real es un equipo rejuvenecido por imperativo económico. Con un puñado de canteranos y algún veterano con un pie en la retirada, o en la salida, la Real se conduce a contramano de lo que acontece en sus oficinas. El presidente vive discutido, los dirigentes están en pie de guerra, las finanzas son desalentadoras y se han convocado unas elecciones para el 30 de junio sin que aparezca un solo candidato. Pero el equipo funciona. Sobrevive a la amenaza del descenso y se entusiasma ante citas como la de hoy. Un día en el que puede darse el lujo de cerrar el campeonato.

Beckham posa con unas niñas al llegar a San Sebastián.
Beckham posa con unas niñas al llegar a San Sebastián.JESÚS IRIARTE

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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