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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

El 'Quijote' y un fantasma socialista

En 1959 viajé a Europa como director de Revolución, entrevistándome con Pablo Picasso, Jean Paul Sartre, Andre Bretón y Le Courbusier. Los invité a visitar Cuba y les pedí su colaboración, continuando esa política de apertura cultural, que recogían las páginas de Lunes de Revolución, dirigido por Guillermo Cabrera Infante. Hicimos contactos con Mario Vargas Llosa y Juan Goytisolo, que nos ayudó en el número dedicado a "La España Rebelde", en el que colaboraron poetas y escritores antifranquistas.

Al crearse la Imprenta Nacional en 1960, propuse a Fidel Castro que el primer libro que se publicase fuera el Quijote. Aceptó escribir el prólogo que le pedí, aunque nunca lo hizo.

Veinticuatro años después de contar esta historia en Retrato de familia con Fidel, publicado por Seix Barral en 1981, una vez más se intenta sacarme de aquella historia, se intenta cancelarme.

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No me sorprende.

Para el Instituto del Libro yo soy un "error fotográfico", un fantasma socialista, desaparecido de la famosa foto de la victoria de enero de 1959. Publicada originalmente en Revolución en 1962 -en la que aparezco siendo director de Radio Rebelde, en la Sierra Maestra, junto a Fidel Castro- y publicada de nuevo años más tarde, en 1973, en Granma, pero esta vez sin mí, pues había sido borrado de la foto, de la crónica oficial, de la memoria gubernamental.

Me acompañan desde entonces una ilustre cantidad de desaparecidos: Guillermo Cabrera Infante, los escritores y artistas exiliados, Celia Cruz, la guarachera de Cuba, Heberto Padilla y el recién excarcelado poeta y periodista Raúl Rivero, reaparecido en Madrid en estos días.

Desaparecieron el nombre de la científica Isabel Pérez Farfante, autora del libro de biología marina, que se sigue publicando, pero sin su nombre, y también el capítulo entero de la época republicana de la Historia de Cuba de Portuondo.

Desaparecieron de la historia oficial los comandantes y generales fusilados, los condenados a largas prisiones, los dirigentes suicidados y hasta el actual guardaparque, el ex ministro Robaina.

Suprimir a los personajes de la historia, apropiarse de ella y enseñarla como la única verdadera, garantiza, junto a la censura total, la permanencia del poder castrista después de 46 años de existencia.

En la ínsula barataria hay un solo Dios, un solo autor de todo y de todos, pero como no compartía el pensamiento cervantino no escribió el prólogo del Quijote.

Alejo Carpentier, entonces director del Consejo de Cultura, al que adscribió la Imprenta Nacional, se limitó a publicarla en una pobre edición, que sólo tiene el valor de su rareza, como bien afirma Basilio Baltasar en su crónica.

Se comprende que los capítulos del Quijote citados por Basilio Baltasar en su conferencia en La Habana -dos retratos aplicables a Cuba-, molestaran al mundillo oficial.

Si el Quijote anda por Cuba, no es por las esferas oficiales, que nunca frecuentó, y sí por las cárceles sufridas, repletas hoy en la isla de personajes quijotescos presos por su amor a la libertad.

Si el Quijote se publicó entonces fue, digan lo que digan los funcionarios oficiales, gracias a este fantasma socialista y cervantino.

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