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Reportaje:

San Fernando de Henares integra su Fábrica de Paños

El Real Sitio madrileño albergó en el siglo XVIII una gran factoría cuyos vestigios afloran la víspera de la llegada del metro

Hay en Madrid un Sitio Real al que nadie asocia con el monasterio de San Lorenzo de El Escorial, o los palacios de Aranjuez, El Pardo y La Granja. Sin embargo, fue regio enclave y Real Fábrica hace tres siglos. Bañado por el Jarama y el Henares, su nombre fue dedicado a San Fernando. En la primavera de 2007, será el primer ex Sitio Real que contará con ferrocarril metropolitano propio, del que podrán beneficiarse hasta 120.000 personas de la zona oriental de Madrid.

Tal vez fue su fluvialidad la que determinó, en 1746, el emplazamiento en su alfoz de una factoría con 1.000 operarios para la producción de paños finos y superfinos en el entonces diminuto casco de Torrejoncillo de la Ribera, a caballo entre Madrid y Alcalá de Henares. Vestigios de sus dimensiones y actividades acaban de aflorar tras dos meses de trabajos arqueológicos en las tareas preliminares de la construcción de la prolongación de la línea 7 del Metro, desde Las Musas, por la futura Villa Olímpica, hasta la localidad fernandina.

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Plaza, metro y viviendas

En la parte posterior de su Ayuntamiento, en una campa de unos 20.000 metros cuadrados de superficie, arqueólogos, historiadores, expertos en arte y hasta ochenta obreros, han despejado su solar y excavado, en algunos puntos, tres metros de profundidad para determinar la importancia de este enclave.

Felipe V lo compró en 1746 por 1,5 millones de reales al conde de Barajas, con el propósito de construir en él un 'poblado ejemplar'. Fue el rey Fernando VI quien le diera su nombre y desarrollara allí un proyecto ilustrado de ciudad-modelo, con palacio de recreo, viviendas, trama axial, amplios espacios, arboledas e industrias. La fábrica perseguía producir manufacturas y bienes de lujo para impedir su importación y dar trabajo al pueblo.

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Los restos hallados ahora en la campa y en el subsuelo revelan que la factoría era de grandes dimensiones. Se trataba de un edificio corrido de planta rectangular, con dos alturas y versado hacia un patio central de 77'30 metros de lado, tamaño entonces insólito. En sus plantas bajas se desplegaban telares, prensas y batanes, donde operaban tejedores y tundidores. También se fabricaron sedas, lienzos, terciopelos y sombreros.

Plataformas rectangulares de sillares de granito señalan la instalación sobre ellas de los grandes bastidores donde laboraron artesanos llegados desde latitudes tan remotas, entonces, como los Países Bajos o Irlanda. Las indagaciones arqueológicas han descubierto solados de piedra, ladrillo y caliza, así como utensilios, vasijas, monedas de la época de Carlos III , sucesor de Fernando VI. "Los muestrarios de la producción de la Real Fábrica de Paños de San Fernando se conservan en el Archivo de Simancas", explica el arqueólogo Jorge Morín adscrito a Dragados, la empresa que, con Sacyr, construirá el metro. "Eran de excelente calidad", añade.

La factoría permaneció en funcionamiento menos de 20 años, "pero había nacido con dos importantes limitaciones", explica Morín: "En primer lugar, fue construida antes que las viviendas de sus operarios, lo cual generó un problema social de enorme envergadura". Y, en segundo lugar, agrega, "un informe médico encargado por Fernando VI poco después del arranque de la producción textil informó de la existencia de paludismo en la zona". La epidemia fue, quizá, consecuencia de infestaciones estivales tras avenidas de los ríos Jarama y Henares. La mortandad fue elevada. Por ello, los operarios supervivientes se veían obligados a trasladarse durante los meses de verano a Vicálvaro o a Brihuega, sede ésta de otra real fábrica textiles. El filantrópico designio regio se trocó en ruinoso experimento. Así lo asegura Ana Rosa Domínguez, profesora de Historia, que ha estudiado a fondo la evolución del Real Sitio y las manufacturas reales de la época.

En torno al año 1766, la producción cesó y en el enorme espacio de su fábrica fue instalado, en 1776, un hospicio. Las enfermedades causaron estragos entre sus moradores. En 1865 la antigua fábrica fue desamortizada y vendida a particulares. Tras la guerra civil, quedó arruinada. En 1960, la compró una firma de cristalería, que levantó varias naves. En 1996, mediante una permuta de dos solares municipales, uno con gasolinera, el Ayuntamiento recuperó el solar de la Real Fábrica de Paños, tras cuya espléndida fachada edificó la sede del Consistorio, regido hoy por Montserrat Muñoz de Diego, de Izquierda Unida.

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