Un triple atentado contra mezquitas chiíes causa 23 muertos en Irak

Varios hombres bomba se hicieron explotar ayer en dos mezquitas chiíes en Bagdad causando al menos 16 muertos y decenas de heridos. En Iskandariya, al sur de la capital, y donde la seguridad era menor, un coche bomba contra otra mezquita mató a siete personas. Los atentados se producen en la víspera de la Ashura -el día más sagrado del calendario chií, que conmemora la muerte en el siglo VII del imán Husein-, y 24 horas después de que se anunciase la victoria por mayoría absoluta de la coalición de partidos chiíes auspiciada por el gran ayatolá Alí al Sistani.

A los atentados contra las mezquitas de Kadhmain, en el barrio bagdadí de Doura, y Alí Baiya, al suroeste, y el coche bomba de Iskandariya, le siguió el lanzamiento de una granada de mortero contra una comisaría que causó la muerte de tres personas que estaban en un café. En una cuarta explosión, al norte de la ciudad, pereció un policía.

En la primera de las dos mezquitas bagdadíes, ambas frecuentadas por seguidores del clérigo Múqtada al Sáder, un hombre accionó su chaleco explosivo en medio de la multitud. "Se mezcló entre la gente que esperaba para ser cacheada y cuando le llegó el turno se hizo explotar", asegura Arias Hashim, sargento de la Guardia Nacional. "Cuando escuché la detonación salí de inmediato y me topé con gente tirada en el suelo cubierta de sangre; entre ellos había niños". Fuentes médicas confirmaron que en el ataque perdieron la vida 15 personas y 43 resultaron heridas.

Veinte minutos después, tres hombres descendieron de un automóvil aparcado en las proximidades de la mezquita de Alí Baiya y se dirigieron a sus puertas. Los guardas de seguridad, alertados por lo ocurrido en Kadhmain, les dieron el alto al resultar sospechosos. Al desobedecer, dos guardas encaramados en una torre abrieron fuego. El primer sospechoso logró hacer explotar su chaleco antes de caer abatido, el segundo intentó sacar una granada de mano y el tercero trató de huir pero al sentirse acorralado también se suicidó. Una persona falleció y otras cinco resultaron heridas. Todos los testigos sostienen que la acción de los guardas de Alí Baiya evitó una matanza.

Los ataques del viernes estaban destinados a alterar la festividad chií de la Ashura, cuyo día grande se celebra hoy. El año pasado, en estas fechas, la insurgencia, predominantemente suní, colocó dos coches bomba en Bagdad y en Kerbala que causaron cerca de 170 muertos.

El Ejército estadounidense en Irak anunció ayer la muerte de cinco de sus soldados en tres incidentes: uno en Balad (centro), otro al sur del país y tres en Mosul y Tal Afar, ambos al norte, una zona en la que se concentran la mayoría de los ataques tras la conquista militar de Faluya, antigua cuna de la insurgencia en el triángulo suní. Con ellos se eleva a 1.467 los soldados norteamericanos muertos desde el final oficial de la guerra.

La elección de estas dos mezquitas controladas por los seguidores del radical Al Sáder, quien en abril y agosto de 2003 lideró dos rebeliones chiíes contra los ocupantes, tiene un objetivo político claro. Así lo piensa Alí Husein, de 39 años, que trabaja en uno de los templos: "Quien quiera que esté detrás trata de provocar una guerra civil. No pudieron impedir las elecciones y saben que si empieza esa guerra nadie podrá detenerla".

El triple atentado contra mezquitas chiíes se produce 24 horas después de que la Comisión Electoral Independiente de Irak anunciase el resultado definitivo de las elecciones del 30 de enero. Éste da la mayoría absoluta a la lista auspiciada por el ayatolá Sistani, pero que entrega la llave de la gobernabilidad a la lista kurda, que obtuvo 75 de los 275 escaños del nuevo Parlamento. La minoría árabe suní (el 20% de la población) boicoteo los comicios y por ello cuentan con cinco diputados de la lista vinculada al actual presidente Gazi al Yauar.

La festividad de la Ashura ha provocado un incremento de la seguridad en la capital entorno a los lugares sagrados, lo que dificulta el ataque con coches bomba (Iskandariya se encuentra fuera de Bagdad). En esta festividad, miles de chiíes marchan por las calles golpeándose rítmicamente el pecho y azotándose con un látigo de púas.

Ayer, la cadena de televisión Al Yazira mostró las primeras imágenes de los dos periodistas indonesios secuestrados cuyo paradero se desconocía desde el pasado día 15. En las imágenes, varios encapuchados apuntan con sus armas a los dos indonesios. Un portavoz del grupo exige que el gobierno de Indonesia explique cuál es la misión y el objetivo de las dos personas secuestradas.