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Reportaje:

Revolución y cuenta nueva

Los grupos cotizados deberán presentar sus resultados con los nuevos criterios internacionales a partir de junio

Amaya Iríbar

La revolución contable ya está en España. Desde el 1 de enero los grupos cotizados europeos deben aplicar las nuevas normas internacionales de contabilidad (NIC). Entre ellos hay 175 españoles, que empezarán a enviar a la CNMV sus primeras cuentas NIC a partir de junio. Los ensayos han empezado. Las firmas que han estimado el impacto reconocen una variación ligera de su resultado.

En España están obligados a formular sus cuentas consolidadas con los nuevos criterios unos 175 grupos, según la CNMV

Es como aprender a sumar. Las normas internacionales de contabilidad (NIC), que emite un órgano independiente desde Londres y entraron en vigor en la Unión Europea con la llegada de 2005, rompen radicalmente con la tradición contable española. Adiós al principio de prudencia y hola a unas normas pensadas para los inversores y cuya meta es acercarse lo más posible a la situación financiera real de una empresa.

En España están obligados a aplicar estas normas para sus cuentas consolidadas unos 175 grupos, calcula la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Entre ellos están casi todos los grandes, con sus filiales y participadas. Para ellos los arrendamientos, los instrumentos financieros o las provisiones no volverán a ser lo mismo, pues ahora cambian sus criterios contables.

Uno de los cambios fundamentales tiene que ver con la valoración de los activos. En la norma española imperaba el criterio de coste histórico, que supone contabilizar el precio de adquisición -lo que paga la empresa más los gastos de la compra-. Las NIC utilizan en algunos casos el criterio de valor razonable (fair value), por ejemplo para los instrumentos financieros, que tiene impacto en los resultados. A pesar de ser uno de los cambios más debatidos, más de la mitad de las empresas (51%) calculaba en diciembre que le afectaría poco, mientras que el 27,6% reconocía lo contrario, según el Barómetro de Negocios.

Lo mismo ocurre con el fondo de comercio. Hasta ahora, tras una adquisición, las cuentas recogían la diferencia entre el precio pagado en la operación y el valor de los activos, y esa cantidad se amortizaba hasta en 20 años. Con las nuevas normas, las empresas deben valorar cada año ese fondo, lo que también tiene un impacto directo en el resultado. Muchas grandes empresas no se verán afectadas por este cambio al principio, pues aprovecharon los buenos tiempos para amortizar sus fondos de comercio.

Más allá de los tecnicismos, las nuevas normas implican un cambio radical de chip. Las empresas están obligadas a ser más transparentes y deben elaborar unos nuevos estados financieros que, además del balance, la cuenta de pérdidas y ganancias y la memoria, deben incluir un estado de flujos de caja -el dinero que entra y sale de la empresa en el ejercicio- y el patrimonio neto. Esto permitirá ver las inversiones que hace cada empresa y si éstas se realizan con efectivo o son financiadas. "El impacto en la gestión es muy importante y es cualitativo por lo que hay que hacer un esfuerzo para explicarlo", asegura Jorge Herreros, de Deloitte. Las nuevas cifras serán, además, "más sensibles" y es previsible más volatilidad en los resultados y en el patrimonio.

Los sectores más afectados serán banca y seguros -el Banco de España aprobó una circular específica- y constructoras e inmobiliarias. Un informe de Merill Lynch estima que el impacto en las ganancias por acción de las grandes entidades bancarias españolas variará este año entre un crecimiento del 2,47% y un descenso del 1,89% negativo debido a las NIC.

Las firmas españolas trabajan desde hace al menos dos años en la adaptación, aunque son muy pocas las que han publicado resultados NIC. La CNMV, que se reunirá con las afectadas para aclarar dudas, tiene pendiente aprobar una circular sobre la cuetión. El borrador aclara que las compañías deben enviar sus cuentas semestrales, a partir del 30 de junio, conforme a la nueva normativa. Las primeras cuentas anuales serán las del ejercicio 2005.

A pesar de ello, ya hay ejemplos. Banesto, que celebró junta el martes, incluye en el informe anual un capítulo específico, con datos de 2004, e Iberia ha hecho ese cálculo para los ejercicios 2001, 2002 y 2003. En ninguno de estos casos el resultado se ha alterado de forma escandalosa. No tiene por qué ser así. Vodafone acaba de anunciar en el Reino Unido que, gracias a las NIC, sus pérdidas brutas semestrales de más de 2.700 millones de euros se han convertido en un beneficicio antes de impuestos de 6.500 millones.

El presidente del IASB, David Tweedie, en una visita a Madrid.
El presidente del IASB, David Tweedie, en una visita a Madrid.LUIS MAGÁN

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Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.
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