Banca al por menor
Uno de los efectos que cabía esperar de la Unión Monetaria era una mayor velocidad de armonización en los servicios financieros. Por armonización entenderemos, en este artículo, una convergencia internacional de los precios fijados por las empresas financieras al prestar dichos servicios. Pues bien, seis años después de la entrada en funcionamiento del euro, dicha homogeneización se ha producido en lo que viene en llamarse "banca al por mayor" (operaciones interbancarias, con grandes empresas o en mercados de valores), pero en absoluto en la "banca minorista". Así, los tipos de interés de los préstamos y las comisiones cargadas por servicios bancarios son muy diferentes en los países de la Unión Europea, a pesar de que los servicios prestados sean similares.
El rango de precios para cada tipo de servicio bancario es muy alto a nivel internacional, pero es muy estrecho dentro de un mismo país
La Comisión Europea hace en buena medida responsable de dicha disparidad a la existencia de barreras "políticas" a la entrada en los mercados nacionales de bancos de otros países y, en este sentido, viene instando a Gobiernos y reguladores nacionales a que eliminen dichas barreras. Casos como la compra del Abbey Nacional británico por el Santander son más una excepción que una norma.
Analizando el problema, lo que llama la atención es que, si bien el rango de precios para cada tipo de servicio es muy alto al hacer una comparativa internacional, es muy estrecho al comparar los precios de los bancos dentro de un mismo país. Es decir, dentro de los mercados nacionales existe competencia, pero el mercado europeo sigue claramente segmentado.
La pura lógica del negocio nos indica que esta situación no será eterna. Si las barreras son políticas, éstas irán desapareciendo por la presión de la Comisión Europea o por la mera evidencia de que son aquellos mercados menos protegidos (como el británico) los que mejores resultados en términos de estabilidad obtienen. Si las barreras se encuentran en modelos de negocio diferentes asociados a hábitos también diferentes de los consumidores en cada país, la aplicación de mejores prácticas internacionales en cada segmento de negocio, y el cambio de las preferencias del consumidor ante los incentivos adecuados, terminará imponiendo la competencia internacional también en este segmento.
Enrique Sánchez del Villar y Marcela Villegas son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas (Grupo Analistas).
