"El ataque terrorista nos sorprendió con las puertas abiertas y las torres sin vigilancia"
"La insistencia del Gobierno de José María Aznar en atribuir la matanza a ETA me hacía dudar. No obstante, lo tuve claro desde que se supo que en la furgoneta hallada en Alcalá de Henares se había encontrado una cinta con versos coránicos. Además, ya se sabía que el explosivo empleado era Goma 2, un material que la organización terrorista no utilizaba desde hacía veinte años. Asimismo, tuve en cuenta otros datos. En contra de lo que mantenían desde el Ministerio del Interior, ETA no había preparado un atentado con mochilas bomba en la estación de esquí de Baqueira Beret en las Navidades de 2003. Los únicos datos de esa posible acción se limitaban a la declaración de un etarra en dependencias policiales. Tampoco buscó una carnicería en la estación de Chamartín en la Nochebuena de 2003. La intención de los terroristas, según los informes policiales [publicados en los medios de comunicación], era hacer estallar el explosivo cuando el tren estuviera fuera de servicio. También era incierto que ETA quisiera cometer una matanza en la capital con los explosivos que iban a colocar en marzo, ya que iban a hacerlos explotar de madrugada, cuando los edificios industriales estuvieran desalojados".
- "Fuga hacia delante". "Por eso empezaron mis dudas sobre la actuación del Gobierno de José María Aznar. Me costaba creer que el Ejecutivo, que tan eficaz había resultado en la lucha contra ETA, hubiera iniciado una fuga hacia delante para evitar que se supiera, antes de las elecciones, que el terrorismo internacional islamista era el autor de la matanza y no ETA".
- "Al Qaeda ya nos había lanzado muchos mensajes".
"Ese ataque terrorista nos sorprendió con las puertas abiertas y las torres sin vigilancia. La mayoría de los ciudadanos desconocían que podíamos ser víctimas de un terrorismo diferente al de ETA. Pero Al Qaeda ya nos había lanzado muchos mensajes. Por ello, considero muy grave que desde algunos sectores se intente atribuir la matanza de Madrid a una alianza entre ambos terrorismos".
- "Apoyé, sin reparos, la retirada de las tropas de Irak". "La guerra ha sido inmoral, porque estuvo motivada por intereses económicos y buscaba un cambio de régimen político en ese país y una reorganización estratégica de la zona. Además, ha ofrecido una justificación al terrorismo islamista. Por eso apoyé, sin reparos, la retirada de las tropas de Irak".
- "Errores de información". "Lo que sí influyó en esos días fueron los sucesivos errores de información y la poca claridad, aunque no hubiese sido guiada por la mala fe, con la que se facilitó. Es probable que si el entonces ministro del Interior, Ángel Acebes, en vez de asumir personalmente la labor de informador oficial cumpliendo órdenes y consignas de Presidencia del Gobierno, hubiera convocado a los líderes de la oposición y hubiera encomendado a la comisaría general de Información la misión de informar de los avances que se iban produciendo en las investigaciones, no hubiera habido ninguna polémica ni los ciudadanos hubieran tenido la sensación de que se les estaba ocultando algo. El exceso de control de la información y la insistencia del presidente del Gobierno, que incluso llamó a los directores y responsables de los principales medios de comunicación para asegurarles solemnemente que ETA era la autora de los atentados, es una temeridad y una torpeza".
