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Una comisión estudia si puede acceder al trono del crisantemo una emperatriz

El debate oficial para permitir a las mujeres acceder al Trono del Crisantemo y asegurar la supervivencia de la dinastía real más antigua del mundo comenzó ayer con la primera reunión de la comisión asesora del Gobierno de Japón. Diez expertos estudiarán la reforma de la Ley Imperial de Sucesión hasta el próximo otoño, cuando está previsto que trasladen sus conclusiones al primer ministro, Junichiro Koizumi. Esa ley, cuya última versión fue redactada en 1947 tras la II Guerra Mundial, establece que sólo los varones descendientes del emperador pueden aspirar al trono. Sin embargo, hace cuatro décadas que no nace un niño en el seno de la familia imperial. El emperador Akihito, de 71 años, tiene asegurada su sucesión en su hijo mayor, Naruhito, de 44 años, pero la línea descendente de varones se detiene ahí. El príncipe heredero y su mujer Masako, de 41 años, sólo tienen una hija, Aiko, quien en caso de materializarse la reforma se convertiría en la princesa heredera y futura emperatriz. Algunos especialistas citan que la ausencia de varones coincide con la desaparición, tras la II Guerra Mundial, de la costumbre de los emperadores de tener concubinas, así como con la abolición de 11 ramas de la familia imperial. El emperador Meiji (1852-1912) no tuvo ningún hijo varón con su esposa, pero con sus concubinas tuvo cinco niños. Tanto el Gobierno como la opinión pública muestran su apoyo a la reforma.

La última encuesta popular señala que un 79% de las japoneses están a favor de que una mujer ocupe el Trono del Crisantemo.

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