Sordera e implante coclear
Uno de los hitos más relevantes de las últimas décadas en el campo de la otorrinolaringología ha sido el empleo de los implantes cocleares en el tratamiento de la sordera. Esta técnica tiene la potencialidad de cambiar la calidad de vida de las personas que sufren una sordera. Y con los cambios, en ocasiones surge el conflicto. Ciertos líderes de la comunidad sorda, como recientemente hemos leído en su periódico, señalan que la sordera no es una enfermedad, y por lo tanto operar a un niño "sano" para colocarle un implante coclear no es ético. Además, entre otras cuestiones, afirma que los beneficios lingüísticos obtenidos son muy modestos.
No entraremos a comentar lo obvio en relación a la primerade estas afirmaciones, pues tanto el sentido común como cualquier tratado médico-legal indican que la sordera es un síntoma que limita la capacidad de comunicación de una persona afecta de una u otra enfermedad. Respecto a la afirmación de que los beneficios lingüísticos son muy modestos en los niños implantados que nacen sordos, le recomendaría al profesor Lane o a cualquier lector interesado que consulten cualquiera de los más de 1.719 artículos publicados en revistas científicas (fuente Pubmed entre 1979 y 2004) o documentos del Ministerio de Sanidad, donde se concluye que los resultados después de una implantación coclear son especialmente satisfactorios en la mayoría de los niños que son implantados en los primeros años de la vida.
Pero quizás puede ser más esclarecedor que compruebe esta realidad contactando con los propios implantados o sus familias. Existen en España varias asociaciones que podrían informarles al respecto, cuyas direcciones, con el permiso de las mismas, les señalo a continuación:
Asociación de Implantados Cocleares de España (aice@implantecoclear.org) y Confederación Española de Padres y Amigos de los Sordos (fiapas@fiapas.es).
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