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LA LUCHA CONTRA EL TERRORISMO
Columna
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Il sorpasso

"Todo lo que usted me ha dicho no es eficiencia policial, claro que no es eficiencia policial, es un desastre. Y entiendo que ese desastre... es sobre el que tenemos que aclarar dónde están las responsabilidades", admitió ayer el ex secretario de Estado de Seguridad Ignacio Astarloa tras escuchar de labios del diputado del PNV Emilio Olabarria una larga lista de fallos que facilitaron, hicieron posible o, simplemente, no pudieron impedir los atentados del 11-M. ¿Qué posible participación tuvo Astarloa en esos posibles fallos? He aquí su propia versión: "Pues tengo que decirle con toda claridad que de la mayoría de esas cuestiones yo no tengo ni la más mínima noticia mientras soy secretario de Estado de Seguridad, ni la más mínima".

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Hay un buen ejercicio de retrospección a hacer. Si el ex secretario de Estado que compareció ayer hubiese sido un socialista en lugar de Astarloa, ¿Qué le hubiera dicho un diputado popular? ¿Cabe alguna duda, a la luz de la experiencia de los años de plomo del PP, antes de ser Gobierno y después, ya en ejercicio de la autoridad gubernamental durante ocho años, de que los populares hubieran crujido al ex ministro socialista? Ayer, ninguno de los grupos parlamentarios lo intentó. ¿Quizá porque la fuerte y segura personalidad de Astarloa les persuadió de que más valía no intentarlo? No, pasó algo diferente. Los diputados consiguieron sin aspavientos extraer de la seguridad y arte teatral de Astarloa un imprevisto sorpasso. Esto es, lograron adelantar al ex secretario de Estado.

Después de admitir que los fallos enumerados, que sin duda hacían referencia a la lucha antiterrorista durante su mandato, Astarloa añadió: "Por supuesto, todo lo que usted ha enumerado no es eficacia, ni no eficacia, es un disparate. Vamos a aclararlo y donde llegue la responsabilidad tiene que llegar; y según haya llegado adonde haya llegado la responsabilidad soy el primero que quiero saber de quién ha sido el fallo". Si las preguntas de Olabarria ya lograron arrancar esta confesión de Astarloa, el interrogatorio preciso y directo de la diputada de Nafarroa Bai Uxue Barkos hizo el resto. Astarloa pareció sentirse incluso más a gusto con un viejo contrincante como Olabarria que ante la precisión de la diputada navarra. A cada una de sus preguntas, el cuerpo parecía pedirle contestar de manera genérica o darlas por ya respondidas. Pero la diputada no cedió.

Fue ella quien preguntó si existía algún tipo de prevalencia entre una vía, la de ETA; y la otra, la del terrorismo islamista, a la hora de investigar. "Ni la más mínima", dijo Astarloa. La diputada recordó entonces, que Acebes sí dijo que había una clara prevalencia de la vía de ETA. "Yo también digo eso, no me haga decir lo que no he dicho", apuntó Astarloa. La diputada mordió fuerte cuando mostró su extrañeza por el hecho de que Astarloa considerara la hipótesis de la colaboración ETA-terrorismo islamista precisamente a partir de la furgoneta de Alcalá. El ex secretario de Estado ratificó que él pensó que esa furgoneta -aún lo piensa- era una trampa (etarra, claro) para disfrazar el atentado de islamista.

Hay un dato interesante en esa historia de la colaboración entre ETA y el terrorismo islamista. Un alto cuadro policial, al ver que la vía ETA estaba condenada la noche del 11, sugirió al director general de la policía, Agustín Díaz de Mera, que para salirse del embrollo en que se había metido el Gobierno se empezara por echar marcha atrás diciendo que el atentado podía ser fruto de esa colaboración. Un paso intermedio para admitir finalmente, que era el terrorismo islamista.

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