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El lado oscuro del galán perfecto

El que fuera sin duda alguna el actor más importante de Hollywood y el que mejor inmortalizara en la pantalla la imagen del refinamiento y de la fascinación estadounidense fue Archibald Leach, un inglés nacido en una familia humilde de Bristol. El mundo lo conoció como Cary Grant cuando se convirtió en una gran estrella, ignorando que ni siquiera con una nueva identidad logró exorcizar los tormentos de una vida marcada por las contradicciones.

Howard Hawks lo definió como "el mejor y más importante actor de la historia", una opinión compartida por Alfred Hitchcock, que señaló: "Un director no dirige al maravilloso Cary Grant, se limita a ponerle ante la cámara dejando que el público se identifique con él".

Marc Eliot acaba de publicar en Estados Unidos una biografía apasionante en la que se reflejan las etapas de la carrera y de la vida del actor, comenzando por sus años en Bristol, cuando el padre le comunicó que su madre había muerto de cáncer. Eliot nos cuenta que el niño vivió la noticia con dolor, que se transformó en rabia cuando, 10 años después, descubrió que su madre vivía y había sido internada en un psiquiátrico por su padre, ansioso por poder vivir con su amante. El futuro actor se hizo cargo de su madre, a la que permaneció unido de forma visceral hasta el final de sus días.

La biografía se explaya sobre cómo Archibald Leach intentó toda su vida convertirse en el fascinante Cary Grant, y recuerda el malestar con el que un día declaró: "Siempre fingí ser alguien hasta que me di cuenta de que me había convertido en esa persona imaginaria".

En sus cinco matrimonios siempre buscó un sucedáneo de la figura materna, pero la relación homosexual que tuvo con el también actor Randolph Scott fue la más importante de su vida. Según el biógrafo, su matrimonio con Virginia Cherrill se organizó para acallar los chismorreos en el mundillo del cine. Y resulta inquietante su relación de complicidad con el jefe del FBI, Edgar J. Hoover. El libro incluye ciertos documentos que sugieren incluso una boda amañada por motivos políticos.

La millonaria Barbara Hutton era sospechosa de financiar a los nazis, y Grant habría aceptado casarse con ella para pasar información al FBI a cambio de la ciudadanía estadounidense.

También minimiza las anécdotas sobre presuntas historias amorosas (de Ingrid Bergman a Sofía Loren) y los cotilleos que circularon en los años de su declive.-

Cary Grant, junto a Eva Marie Saint, en la película <i>Con la muerte en los talones,<i> de Alfred Hitchcock.
Cary Grant, junto a Eva Marie Saint, en la película Con la muerte en los talones, de Alfred Hitchcock.

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