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Incidentes en el gol sur

Ante un derby que se presentaba como uno de los más cordiales de los últimos años, en que tanto el Espanyol como el Barça se sentían a gusto después de haber dejado atrás sus particulares travesías por el desierto, y en donde los presidentes Dani Sánchez Llibre y Joan Laporta habían dado muestras de fair play horas antes en el tradicional almuerzo, los grupos más radicales de las dos aficiones ensuciaron el ambiente de la cita del fútbol barcelonés. Las brigadas blanquiazules, el grupo de animación más radical del Espanyol, causaron incidentes en una esquina de la zona del gol sur. Los sucesos ocurrieron en el descanso, cuando algunos brigadas intentaron llegar a la gradería donde se ubicaron los boixos nois. La rápida intervención policial, que actuó con intimidación, impidió que los brigadas alcanzaran a los radicales azulgrana. Los incidentes terminaron con el enfado de los brigadas, que arrancaron algunos asientos de las graderías y causaron serios destrozos en el mobiliario.

Ajeno a ello, Montjuïc acogió el derby vestido con las mejores galas y con la asistencia del presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, que fue recibido con Els segadors, el himno de Cataluña, y con algunos tímidos silbidos que se escucharon desde la zona de los Brigadas, repleta de banderas españolas.

Pese a todo, se cumplió con la fiesta del fútbol con los 34.400 espectadores que acudieron al estadio Lluís Companys. Una asistencia menor de la que es habitual cuando el Real Madrid visita Montjuïc, que congregó la última vez a 39.500 espectadores. Mientras, en el campo, los dos equipos afrontaron el partido de una manera mansa. Deco lo decidió con su primer gol en la Liga y Messi debutó.

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