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"No queda en mí ni la sombra de un rencor"

El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, y la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, que leyó una declaración en el Palau de la Generalitat antes del homenaje, coincidieron en rememorar que Lluís Companys, pese a las vicisitudes vividas, se preparó para morir sin rencor. En Montjuïc, el conseller en cap, Josep Bargalló, leyó su testamento, escrito en vísperas de su muerte, que concluye así:

"A todos los que me han agraviado perdono; a todos los que haya podido agraviar pido perdón. Si he de morir, moriré serenamente. Tampoco queda en mí ni la sombra de un rencor. Daré gracias a Dios de que me haya procurado una muerte tan bella por los ideales. (...) Le debo la gratitud de esta placidez y serenidad que me llena el pensar en la muerte, que veo acercarse sin temor. Mi pequeñez no podía esperar un final más digno. Por Cataluña y lo que representa de paz, justicia y amor".

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