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Mark Knopfler recupera su estilo más personal en 'Shangri-La'

Compuso los temas en la convalecencia de un accidente de moto

Mark Knopfler sufrió un atropello en su Harley-Davidson el pasado mes de marzo. Los nueve huesos rotos ("apenas podía reírme", recuerda) que le ocasionó el percance le obligaron a suspender la gira que iba a iniciar a los pocos días y que incluía también España. A cambio, el tiempo de recuperación lo empleó en escribir las 14 canciones de Shangri-La, su cuarto disco en solitario, que se puso a la venta ayer, lunes.

Mark Knopfler vivió la semana pasada 24 horas intensas en España para hablar de su nuevo disco. La pregunta más recurrente, aparte de los requerimientos sobre su estado de salud tras el accidente de moto, fue la de si no pensaba volver a juntarse con sus antiguos compañeros de Dire Straits, separados desde 1996. "Cada cosa tiene su tamaño óptimo", explicó, "y Dire Straits se había hecho tan grande que ya habíamos perdido el control. Nos divertíamos, es verdad, pero un día, en el momento del catering, me di cuenta de que no conocía a casi nadie de los que estaban a mi alrededor. Se había perdido la familiaridad, todo era a lo grande, con grandes camiones y luces que parecían de La guerra de las galaxias".

Knopfler confesó que a él lo que le gustaba "era ser como un cantautor". "Me gusta como lo tengo montado ahora, con mi banda. Compongo en casa tranquilamente. Pillo de aquí y de allá, soy como un chatarrero, y no tengo que dar demasiadas explicaciones a nadie".

Con un sonido limpio y puro, con ese tono sepia que le hace parecer intencionadamente antiguo, Shangri-La ahonda en el camino emprendido por Knopfler con su anterior trabajo, The ragpicker's dream (El sueño del trapero), publicado justo hace dos años. "Sé que siempre he tenido fama de perezoso, y lo cierto es que me cuesta mucho componer, pero el estar postrado en cama me ha permitido tener tiempo para hacer otro disco".

Grabado en los estudios californianos del mismo nombre, en Shangri-La vuelve Knopfler a cuestionarse por qué la humanidad va como va y los jóvenes siguen sintiendo la fascinación de la fama. "Es algo biológico o genético. Me pregunto por qué hay tantos jóvenes que quieren ser famosos a costa de lo que sea. Creo que es porque se ha confundido fama con éxito, y yo recomiendo el éxito. Lo digo en mi canción Back to Tupelo, y pongo el ejemplo de Elvis Presley, pues siempre me sorprendió que teniendo éxito como ya tenía, quisiera ser más famoso y participara en unas películas tan infames".

Hace dos años, Knopfler defendía a su primer ministro, Tony Blair, frente al periodo "tan oscuro" vivido en el Reino Unido de Thatcher. El devenir de la guerra en Irak le ha hecho cambiar de opinión: "Hace dos años no sabía que el desenlace iba a ser tan horroroso. Creo que la lucha ha de estar contra la pobreza y la ignorancia. Mis amigos americanos me han comentado que si reeligen a Bush, será un desastre... pero no soy tan ingenuo de creer que si ganan los demócratas las cosas van a cambiar mucho. Todos deben favores a los que les ayudan a subir".

Mark Knopfler, la semana pasada en Madrid.
Mark Knopfler, la semana pasada en Madrid.EFE
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