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China reabre el mercado de futuros de fuel tras 10 años de suspensión

El Gobierno chino ha vuelto a poner en marcha el mercado de futuros de fueloil tras un paréntesis de 10 años. La medida, que entró en vigor a finales del mes pasado en Shanghai, forma parte de las reformas financieras emprendidas por Pekín para resucitar el panorama de los derivados en China. Este año han entrado en funcionamiento los futuros de algodón y se prevé que antes de que finalice septiembre lo hagan los de maíz.

Los futuros de fueloleo -un hidrocarburo pesado utilizado en barcos, generadores de energía y las industrias siderúrgica y cerámica- permitirán al gigante asiático tantear el terreno antes de lanzar los futuros de otros productos más importantes como la gasolina, el diesel o el crudo. "El establecimiento de los futuros de petróleo ayudará a las compañías a protegerse de los riesgos y proporcionará a China una voz a la hora de fijar los precios internacionales", ha asegurado Han Wenke, subdirector del Instituto de Investigación de Energía, organismo enmarcado dentro de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma.

China abrió el mercado de futuros petrolíferos en 1993 en Pekín y Shanghai, donde se negociaron hasta el año 1995, cuando fue clausurado debido a la alta especulación. El fuel oil es el más liberalizado de los derivados del petróleo. El año pasado, China consumió 44 millones de toneladas, cuando en 2002 la cifra había sido de 3,44 millones. La mitad fueron importadas. Y en los siete primeros meses de este año, las compras han aumentado un 40%, hasta 18,6 millones de toneladas.

Grupos extranjeros

"Los futuros del petróleo no son sólo un nuevo paso en la reforma y apertura de los mercados chinos, sino que también contribuirán a su crecimiento", dijo Shang Fulin, presidente de la Comisión Reguladora de Valores durante la ceremonia de lanzamiento.

La reapertura del comercio de futuros de combustible beneficiará tanto a los grupos chinos como a los extranjeros instalados en el gigante asiático, como BP o ExxonMobil. Algunos analistas creen que la iniciativa de Pekín podría impulsar a algunas empresas que actualmente operan en Singapur a desplazarse a China.

El sector petrolero chino es objeto de una creciente competencia y las compañías locales se están viendo sometidas a la presión de los grupos extranjeros, que se encuentran a la espera de la liberalización del mercado doméstico a principios de 2007, cuando el Estado ya no podrá controlar los precios de las importaciones.

China es el segundo mayor consumidor y el tercer importador de petróleo del mundo, tras Estados Unidos y Japón. Entre enero y julio de este año ha comprado 70,6 millones de toneladas, un 39,5% más que en el mismo periodo de 2003.

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