Euskadi registra la cifra más baja de incendios forestales de la década

Los incendios forestales han arrasado en lo que va de año en el País Vasco un total de 111 hectáreas de arbolado y monte bajo, la cifra más reducida de la última década. Una climatología favorable, con una primavera húmeda y un verano con calor, pero donde no ha faltado el agua, está salvando a los bosques vascos del fuego. Los especialistas aseguran que se trata de un año "excepcionalmente" bueno, aunque advierten de que la época de mayor riesgo es el otoño y el invierno, en especial en Vizcaya y Guipúzcoa, como corresponde a las zonas de clima atlántico.

A diferencia de lo que está ocurriendo en otras comunidades españolas, como Andalucía, Valencia y Galicia, donde el fuego está causando estragos, el País Vasco se está librando hasta el momento de los incendios forestales. En Vizcaya y Guipúzcoa el momento más delicado llegará en el mes de octubre y se extenderá hasta marzo del año entrante. Es la época en que la vegetación puede estar más seca, lo que unido a los días de viento sur, que originan una subida de las temperaturas, eleva los riesgos.

Mientras, para los bosques alaveses los meses más difíciles son los de julio, agosto y septiembre, según los especialistas. Por ahora, el monte ha conseguido retener la humedad después de una primavera lluviosa y un verano con tormentas. Si a ello se añade la política de ayudas puesta en marcha por la Diputación alavesa para evitar la quema de los rastrojos (la paja que sobra en los campos de cereales después de segar), que frecuentemente ha desatado incendios por una actuación de manera negligente, se concluye que en lo que va de año sólo se han perdido en este territorio 30 hectáreas, siete de ellas de arbolado, en un total de 20 incendios. El año pasado por las mismas fechas se contabilizaron 181 hectáreas destruidas. De momento, ni siquiera se han registrado las temidas tormentas secas, donde un rayo puede desatar el fuego.

Concienciación

El desbroce del monte (cuanta menos maleza, menos se puede extender el fuego) y la "mayor concienciación ciudadana" también está ayudando "mucho a que esté resultando un año tan bueno", asegura un portavoz de la Diputación de Álava.

El incendio forestal más importante que ha sufrido este año Álava se produjo el pasado 2 de julio en la localidad de Lanciego, en la comarca de la Rioja Alavesa. Se perdieron cinco hectáreas de una zona rasa, es decir sin árboles. El segundo siniestro en importancia ocurrió en Laguardia, donde se carbonizaron cuatro hectáreas, dos de ellas de arbolado.

En Guipúzcoa, las cifras resultan aún más alentadoras: cinco incendios desde comienzos de año con el resultado de siete hectáreas destruidas, de las que sólo dos son de superficie arbolada. Las pérdidas económicas han ascendido a los 11.500 euros. El año pasado, a estas alturas el número de incendios se elevaba a 47, con más de 400 hectáreas arrasadas. Las pérdidas económicas se elevaron a los 370.000 euros.

El director del Servicio de Montes de la Diputación de Guipúzcoa, José María Aldanondo, habla abiertamente de un año "excepcionalmente" bueno para los montes guipuzcoanos. "Ha llovido y no ha soplado el viento sur", se congratula. Aldanondo explica que la combinación de las rachas de viento procedente del sur y la existencia de una vegetación muy seca, lo que suele ocurrir tras las heladas, es fatal. Por eso, es en otoño e invierno cuando el dispositivo para luchar contra los incendios forestales se refuerza.

Vizcaya es la provincia que ha registrado más incendios (55) y que ha perdido más hectáreas (75), de las que 29 han sido de arbolado. Un repaso a lo que ocurrió el año pasado desde enero hasta el mes de agosto permite comprobar que entonces se registraron casi el doble de incendios (106) y que se perdieron un total de 124 hectáreas, un 65% más.

Agustín Sarria, director del Servicio de Montes y Espacios Naturales vizcaíno, admite que se trata de una buena temporada en cuanto a incendios, aunque mantiene la vista fija en lo que puede ocurrir a partir de septiembre y de octubre. Sobre el alto porcentaje de fuegos intencionados (en torno al 60% de los que se producen en Vizcaya), Sarria no aventura un motivo en concreto y los atribuye a "una combinación de factores". De esta combinación excluye la posibilidad de quemar el monte para después recalificarlo y dedicarlo a otro tipo de usos, como ganaderos o urbanísticos. "Vizcaya ha prohibido el cambio de uso del terreno. Aunque se queme, el suelo seguirá siendo de uso forestal cuando se regenere", recalca.