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Los vecinos de la subestación incendiada estarán fuera de su casa hasta navidades

Una perjudicada vive en un hotel y el resto reside en pisos de alquiler

Las 29 familias afectadas por el incendio de la subestación de Unión Fenosa ocurrido el pasado 15 de julio no podrán regresar a sus casas antes de las próximas navidades. Esta semana comienzan los trabajos de reconstrucción parcial de los dos edificios que resultaron afectados por las llamas y el calor de la central eléctrica (uno sito en el número 26 de la calle de Almadén, y el otro, en el número 6 de la calle de Cenicero). La compañía suministradora será la encargada de pagar todos los gastos, cuyo coste exacto es aún desconocido por los técnicos del Ayuntamiento, que son los que acometen la reparación.

El incendio de la subestación causó en su día una gran alarma ciudadana, sobre todo porque se produjo a escasa distancia de la estación de Atocha -escenario de uno de los atentados del 11-M-, además de por la densa humareda que era visible a decenas de kilómetros de la capital.

Los técnicos del Ayuntamiento han concluido, tras estudiar el estado en el que quedaron los dos edificios más próximos a la subestación, que los dos inmuebles afectados por las llamas y el calor no tendrán que ser demolidos. Han sufrido importantes daños en sus estructuras y en la techumbre, pero pueden ser arreglados en dos o tres meses. El informe definitivo explica detalladamente los daños que sufrieron, entre ellos grietas y fisuras en los tabiques o bien destrucción de las techumbres.

El Ayuntamiento acomete la reparación de los dos bloques mediante el sistema de acción sustitutoria: el Consistorio realiza todos los trabajos necesarios y después pasa la factura a la compañía Unión Fenosa, que será la encargada de reembolsar lo adelantado por Urbanismo. El precio también incluirá las mejoras en el edificio que está pactando Fenosa con los propietarios de los pisos, aspecto del que el Ayuntamiento ha permanecido al margen.

Los vecinos afectados por el siniestro -unas 50 personas- viven en su mayoría en pisos de alquiler, cuya pago corre a cargo de le compañía Unión Fenosa. Sólo una mujer, de 75 años, ha establecido su casa en una habitación de un hotel cercano a su domicilio, en espera de que éste sea rehabilitado.

Al margen de estos problemas personales, los libreros de la cuesta de Claudio Moyano también han transmitido sus quejas al Ayuntamiento de Madrid por las obras de construcción de la nueva subestación eléctrica en las inmediaciones de sus casetas.

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En primer término, el solar que ha quedado libre tras la demolición de la antigua subestación eléctrica. Al lado, los bloques dañados.
En primer término, el solar que ha quedado libre tras la demolición de la antigua subestación eléctrica. Al lado, los bloques dañados.BERNARDO PÉREZ

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