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Las excavadoras perforan la Cuesta de Moyano para la nueva subestación eléctrica

Sustituirá a la incendiada en julio, será subterránea y dará suministro a 100.000 usuarios

La Cuesta de Moyano, calle en rampa donde se despliega una tradicional feria de libros, junto a la glorieta de Atocha, fue cerrada ayer al tráfico para construir bajo ella, durante un año, una nueva subestación eléctrica en sustitución de la que ardió en la calle de Almadén, el pasado 15 de julio. El solar incendiado será cedido al Ayuntamiento para crear un parque. La futura subestación, automática, quedará a nueve metros bajo la Cuesta, albergará tres transformadores y dará servicio a 100.000 clientes. El público podrá visitar la feria y transitar por su acera vallada.

Los operarios de una gran excavadora comenzaron en la tarde de ayer a perforar el firme asfaltado de la Cuesta de Claudio Moyano, acotado desde la mañana con palenques y valladas sus aceras con planchas de aluminio. Sobre ella se alinean hasta treinta establecimientos destinados a la venta de libros. El propósito de la excavación es el de comenzar allí la apertura de un pasillo de unos 12 metros de anchura por 62 metros de profundidad bajo la calzada.

En este alargado espacio subterráneo, que progresa bajo la pendiente de un 6% de la Cuesta de Moyano, entre el paseo del Prado y la calle de Alfonso XII, quedará alojada la futura subestación eléctrica. Ésta sustituirá a la existente en la calle de Almadén 24, muy cerca de la glorieta de Atocha, que resultó destruída el 15 de julio por un incendio que obligó a desalojar a 30 familias residentes en dos bloques colindantes, dejó a 40.000 usuarios sin fluido eléctrico -entre otros el Parlamento y el Banco de España- y generó un caos en el tráfico de la ciudad de más de seis horas de duración.

La nueva subestación, concebida para ser telemandada y telecontrolada a distancia, ha sido diseñada por el departamento de Proyectos de Alta Tensión de la compañía Unión Fenosa. Será automática, sin personal dentro, y su construcción, a base de hormigón, durará aproximadamente un año. Su ubicación ha sido elegida por la proximidad a las conducciones de alta tensión que surcan el subsuelo del paseo del Prado. La futura instalación eléctrica subterránea recibirá fluido a 220.000 voltios de tensión que, a través de tres grandes transformadores de 60 megavoltioamperios, aislados con aceites minerales refrigerados mediante grandes ventiladores, será convertido a un voltaje de 15.000 voltios, paso previo para su reducción hasta 220 voltios aptos para el suministro doméstico del centro de Madrid.

Así lo informó Antonio Quintero, ingeniero coruñés responsable de la oficina técnica de Unión Fenosa, compañía propietaria de la futura subestación. "Se ampliará el servicio desde los 40.000 clientes que atendía la subestación incendiada hasta los 100.000 previstos para la nueva", anunció. Y agregó: "No será visible desde la calle; únicamente habrá una entrada y salida de hombre, otro pequeño acceso para equipo técnico, más la ventilación", precisó. "Queremos reducir al mínimo las molestias al público, a los clientes y libreros", subrayó.

Hablan los libreros

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Armando Castrillo, portavoz de los titulares de las 29 concesiones municipales quinquenales cuyos establecimientos operan en la feria, mostró preocupación por los efectos que las obras tendrán: "Sobre todo el ruido, para los clientes y el polvo, para los libros". Pero señaló: "Tenemos confianza en que las cosas se resuelvan de manera sensata y racional". Para ello han solicitado una reunión con el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón.

José Antonio Fernández Berchi, madrileño de 79 años, decano de los liberos de la Cuesta de Moyano, subrayó: "La feria lleva aquí instalada desde 1925 y ha sorteado muchos otros problemas". En torno a 1986, la feria estuvo a punto de ser desplazada a otro sitio. "Admito que el polvo y el ruido de las obras, sin duda, perjudicarán a nuestros visitantes, pero considero acertada la decisión de guarecernos a todos mediante las pantallas de aluminio que vallan las aceras".

La subestación abarcará desde el paseo hasta la caseta número 11 de Moyano. Decenas de acacias y arbustos que ajardinan la costanilla van a ser taladas por exigencia de la futura instalación, cuyas funciones realizan ahora tres unidades móviles desplegadas junto a la Puerta Real del contiguo Jardín Botánico.

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