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Casi la mitad de los diputados del PP planta a Camps en la presentación del plan de inversiones

La ausencia de 20 diputados, en su mayoría zaplanistas, agudiza la crisis de los populares

El hemiciclo de las Cortes Valencianas se convirtió ayer en el escenario de la crisis del PP valenciano. La presentación del "plan de inversiones más ambicioso de la historia", que motivó la convocatoria de un pleno extraordinario pedido por el Consell que preside Francisco Camps, se celebró en ausencia de casi la mitad de los diputados populares, la mayoría del sector zaplanista. La insólita escena, en un pleno en el que no se tenía que votar nada, fue una demostración de fuerza de los seguidores de Eduardo Zaplana y causó consternación entre los fieles a Camps. Todo se produce días después de que Rajoy mostrara su apoyo a Camps en Valencia.

A la hora de comenzar el pleno de ayer, convocado a instancias del Consell para presentar el Plan de Inversiones de la Generalitat 2005-2007 -la sesión plenaria era de carácter extraordinario, porque el periodo ordinario de sesiones de las Cortes Valencianas acabó hace ya un mes-, en los bancos populares sólo había 18 parlamentarios, además de los 11 integrantes del Gobierno -de los que siete son diputados- y de dos de los tres representantes del PP en la Mesa de las Cortes. Así, el Grupo Popular, que cuenta con 48 diputados, sólo disponía en ese momento de 27 parlamentarios. Un total de 18 de los 21 que faltaban al inicio del pleno eran de declarada adscripción zaplanista, como otros seis que sí acudieron, en razón de sus cargos: dos consejeros, dos dirigentes del Grupo Popular y dos integrantes de la Mesa.

La insólita escena en las Cortes Valencianas causó consternación entre los fieles al líder del PP valenciano y presidente de la Generalitat, Francisco Camps, que siguió la sesión plenaria desde su escaño con un semblante que reflejaba preocupación. "Esto sólo lo ha hecho antes Batasuna", dijo un consejero, "sólo Batasuna ha sido capaz de ningunear así a su Gobierno". Sin embargo, el portavoz popular, Serafín Castellano, declarado zaplanista, restó importancia a una ausencia de diputados "fuera de lo habitual", se declaró "sorprendido" y dijo no saber si fue "fruto de la casualidad o no". Eso sí, Castellano aseguró que en el Grupo Popular "no hay unos y otros", sino que todos "representan al partido y apoyan al Gobierno valenciano".

La escena, que se produce después de que la semana pasada Mariano Rajoy reiterara su apoyo a Camps y en medio de un clima de tensión en el Consell entre zaplanistas y campistas, se inscribe en la crisis que viven los populares valencianos, enfrentados en dos sectores inmersos en una guerra que ya ni siquiera se intenta disimular: los partidarios de Camps y los seguidores del ex presidente y actual portavoz en el Congreso, Eduardo Zaplana, que aprovecharon que en el pleno de ayer no se tenía que votar nada para hacer una demostración de fuerza. Lo de ayer fue sólo un aviso de lo que puede llegar a pasar. La acción echó por tierra la presentación de lo que el Consell había anunciado como el "plan de inversiones más ambicioso de la historia". Amenaza, sin embargo, en el futuro con traducirse en que el Gobierno pierda una votación.

Entre los diputados presentes figuraba la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, quien antes de la conclusión del pleno abandonó su escaño y se acercó al que ocupa Camps para mostrar su apoyo inequívoco al presidente, del que se despidió con un ademán de aliento. También acudieron a las Cortes diputados hasta hace poco adscritos al zaplanismo -dos o tres- pero que han cambiado de bando.

Enfrente, los grupos de la oposición no daban crédito a lo que estaba sucediendo y aprovecharon sus intervenciones para poner de relieve la crisis del PP.La provocación de los diputados zaplanistas, que ayer quisieron hacer evidente que controlan casi la mitad del grupo parlamentario popular, obligó al presidente de la Generalitat a acelerar las consultas sobre la conveniencia de una posible remodelación del Consell. Ratificado su liderazgo la semana pasada por el propio secretario general del PP, Mariano Rajoy, que pidió a toda la militancia del partido que respalde al jefe del Consell y presidente de los populares de la Comunidad Valenciana, Camps se debatía ayer entre acelerar una remodelación que muchos consideran inexcusable o posponer la decisión hasta después del congreso del PP del próximo otoño.

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Entre el entorno de confianza de Francisco Camps, unos reclamaban calma para evitar que las provocaciones del sector zaplanista marquen las decisiones del presidente de la Generalitat, aunque otros pedían una respuesta contundente que deje claro que el líder del PP en la Comunidad Valenciana no va a doblegarse.

"Yo no descartaría los cambios en el Consell. Lo veo [a Camps] cargándose de razón, pero la decisión es suya", afirmaba un consejero.

Francisco Camps, tras la tensa situación registrada en las Cortes Valencianas, salió de las instalaciones parlamentarias y se tomó un café rodeado de los miembros de su Gobierno y del grupo parlamentario que le profesan lealtad. Luego, se reunió en el Palau de la Generalitat con buena parte de su equipo de gobierno para analizar la situación y conocer sus pareceres. Las consultas continuaron a lo largo del día, aunque esta vez de manera individual.

Según el calendario previsto, el Gobierno valenciano se reunirá por última vez antes de las vacaciones estivales el próximo viernes. Si no hay modificaciones, el presidente de la Generalitat debe acometer una posible remodelación esta misma semana o, en caso contrario, aplazarla hasta finales de otoño. La celebración del debate de política general a mediados de septiembre y la celebración del congreso nacional del PP a primeros de octubre impedirían, en principio, al titular del Consell abordar una posible remodelación hasta mediados de octubre en el mejor de los casos.

Fuentes del equipo de gobierno confiesan, además, que la crisis del PP no es sólo un enfrentamiento entre familias -campistas y zaplanistas-, sino territorial -la mayoría de Alicante y una parte de Valencia frente al resto-, lo que ha terminado por generar disfunciones en la marcha cotidiana del Consell. Según las mismas fuentes, si el presidente opta finalmente por remodelar el Consell debería tener presente la necesidad de ajustar algunas áreas de gestión.

En cualquier caso, el plante del sector zaplanista en el hemiciclo de las Cortes Valencianas eclipsó lo que pretendía ser uno de los anuncios más importantes del Consell de este año, el plan de inversiones de la Generalitat 2005-2007.

"Espectáculo bochornoso"

Un plante que el portavoz adjunto del Grupo Socialista Antoni Such calificó de "espectáculo bochornoso". Such señaló que cerca de la mitad de los diputados del PP había "despreciado" la comparecencia del consejero de Economía, Gerardo Camps, en un tema "tan extraordinario como es un pleno el día 27 de julio convocado a petición del Consell" y afirmó que esta ausencia "no es fruto de ninguna casualidad". El diputado socialista recordó que el pleno se convocó "a petición del propio Gobierno", por lo que consideró que lo único que se podía esperar "es que hubiera una presencia de la totalidad del grupo parlamentario que lo apoya". Such criticó que algunos parlamentarios del PP sean capaces de "no comparecer para apoyar lo que se venía denominando el plan de inversiones más ambicioso de la historia de la humanidad de la Comunidad Valenciana" y afirmó que la ausencia de los diputados del PP demuestra "la división existente en el seno del Grupo Popular" y ofrece un "espectáculo bastante bochornoso", que revela, a su juicio, "la falta de apoyo al Gobierno que preside Francisco Camps".

El portavoz popular, Serafín Castellano, preguntado acerca de la posibilidad de que el grupo sancione a los diputados que no justifiquen debidamente su ausencia en el pleno de ayer, dijo que estudiará la cuestión, y, una vez hecho, analizará la situación y hará "lo que corresponda hacer de acuerdo con el reglamento del grupo".

Una vista del hemiciclo de las Cortes, ayer, al iniciarse el pleno, con sólo 18 diputados en los bancos del PP, aparte del Consell.
Una vista del hemiciclo de las Cortes, ayer, al iniciarse el pleno, con sólo 18 diputados en los bancos del PP, aparte del Consell.MÒNICA TORRES

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