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China cierra su mercado a la entrada de la soja brasileña por el uso de pesticidas

Los productores de Brasil podrían perder 1.325 millones de euros por esta medida

Juan Arias

A las pocas semanas de la triunfante visita del presidente Luiz Inácio Lula da Silva a China, en la que le acompañaron más de 500 empresarios, se ha desencadenado una guerra en el comercio de soja entre ambos países. De no resolverse la guerra, Brasil perdería 1.600 millones de dólares (1.325 millones de euros). Según las autoridades chinas, la soja que Brasil está exportando estaría presuntamente contaminada con pesticidas. La situación es especialmente grave para Brasil, que cuenta con 23 empresas que se dedican a la exportación de soja al país asiático.

El ministro de Agricultura, Roberto Rodrigues, informó esta semana que el embajador de Brasil en Pekín le había confirmado que China ha cerrado su mercado de soja con Brasil. Aunque Brasilia está intentando convencer a los chinos de que las medidas de protección sanitaria de su soja y sus controles de calidad son tres veces más rigurosas, por ejemplo, que las aplicadas por Estados Unidos, el ministro Rodrigues ha afirmado que la situación se presenta "bastante negativa".

Los chinos ni siquiera han dado el visado a una comisión de técnicos del Ministerio de Agricultura que deseaban ir la semana pasada a Pekín para conversar con las autoridades chinas.

Y aunque es cierto que los días pasados siete equipos de fiscales del Ministerio de Agricultura, han confiscado en Río Grande do Sul (en el sur del país) 130.000 toneladas de soja con sospechas de contaminación, la guerra con China podría tener otros motivos no declarados. Según apuntó ayer el diario O Globo, el motivo del bloqueo de las exportaciones podrían tener como finalidad "crear una barrera no tarifaria al producto para conseguir volver a contratar precios y cantidades menores".

Ocurre que la soja es el mayor producto de exportación de Brasil, que es hoy el segundo mayor productor del mundo, y China es el mayor comprador y adquiere el 30% de la soja brasileña.

La soja ha doblado de precio porque su producción ha disminuido en Estados Unidos. Pero ahora se anuncia que la zafra americana levanta la cabeza y los chinos podrían querer bajar el precio. Lula, a la vuelta de su viaje a China, había llegado a decir que ese país podría ser en el futuro el socio estratégico de Brasil en vez de Estados Unidos, donde Brasil exporta cuatro veces más que a China. De ahí el miedo de que pudieran acabar enfriándose las relaciones comerciales con China en el momento en que Brasil ponía sus ojos en Pekín como un nuevo talismán comercial.

El ministro de Agricultura, Rodrigues, ha aprovechado la presencia de una delegación china a la XI Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Comercio y Desarrollo (Unctad) para conseguir que el Gobierno chino reciba a la delegación técnica del ministerio con la esperanza de poder retomar las negociaciones.

Además de un problema comercial grave, el bloqueo definitivo de las exportaciones de soja a China, supondría una derrota de la diplomacia de Lula con un país en el que tiene puestas tantas esperanzas para su nueva estrategia de intentar dibujar "una nueva geografía comercial del mundo" colocando en primer plano a las economías en desarrollo.

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