_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Camps, al abordaje

Francisco Camps ha comprendido, por fin, y al cronista no se le escapa que se está revelando como un estratega sagaz y austero: sin apenas estrépito, mina, parapeta y fortifica las comarcas del sur, muy consciente de que la guerra no terminará ni en Bruselas ni en Estrasburgo, sino tras la batalla de Alicante. Cuando una parte del PP valenciano trata de despedazarle la yugular a la otra, Mayor Oreja arrastra sus obsesiones y las declama en una jeremiada soporífera, por mercados de verduras, casas de comida y pistas de biciclos, a lo largo de una Comunidad varada. Mayor Oreja mendiga sal y asiento a la lumbre del conservadurismo europeo, mientras Rajoy ha sacado plaza de apóstol de la aguas: no caminará sobre ellas, pero hay que ver con qué aplicación las predica, desde hace ya más de ocho años, y sin mover un dedo. Rajoy es la sed de la España seca, pero no su profeta y aun menos su solución. Más allá del euroescaño, Zaplana, coleccionista de ex -ex Molt Honorable, ex ministro, y otro u otros ex, a piñón fijo- atiende a sus asuntos, aunque ya tiene que vivaquear en establecimientos hoteleros. Por eso concede lealtades pensionadas a quien le mantenga caliente las huellas de sus posaderas de cara al sur, por donde aún puede moverse con cierta soltura. De cara al sur es por donde Camps discretamente esta levantado palacios de regocijo y torres defensivas: quiere todo su solar, limpio de intrusos y francotiradores, y ya amenaza con celebrar en Alicante sesiones del Consell mensualmente, dice que para acercarse a todo el pueblo, pero también para ahuyentar a los recalcitrantes que se obstinan en guardar parte de lo que antes usaron a su albedrío y conveniencia. Hay a quienes le fallan cálculos y reflexiones, y luego pretenden enmendarlos a costa de lo que sea. Se les nota en las ojeras y en un delator alargamiento del rostro. Qué cosas tiene la Naturaleza.

Sin duda, resulta arriesgado y delirante hacer una guerra dentro de otra guerra, o encubrir una guerra con otra. Arriesgado, delirante y premonitorio: si se cumplen las expectativas y las intenciones de voto, el PP se va a desmenuzar mucho más de lo que ya está, a los pies de los muros europeos. Y los socialistas, por su lado, y por los suyos correspondientes IU-EU y las coaliciones nacionalistas, le van a mojar la oreja, a pegarle un buen metido y a desalojarlo de rabias y pretensiones. Si así ocurre, el PPCV puede volar hecho pedazos por encima de las cabezas de sus paladines. De esos paladines que se han equivocado de adversarios o que, por fin, han descubierto a sus verdaderos adversarios. A estas alturas, Zaplana ya se habrá percatado de que sus hasta ahora prietas filas ya no son tan prietas, y de que las deserciones se suceden. Y el cronista conoce de buena fuente que tras el próximo día 13, habrá alguna aún más sonada de las que ya se han producido. Y es que en llegando a tan apurados trances, cada quien busca el mejor acomodo: ya no les seduce el fuego de campamento, aunque sea en un restaurante de postín, con vistas al Postiguet. Mientras, que mediten los académicos de la Academia Valenciana de la Llengua, en las palabras del candidato Mayor Oreja: "Contigo fuertes en Europa, significa en valenciano -según ha dicho- agua para todos". Ya ven qué fácil. Y aquí, de filigranas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_