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Reportaje:

"Hay que olvidar"

Alí, el niño que se quedó sin padres y sin brazos en Bagdad, visita España

Francisco Peregil

Han pasado un año y dos meses desde que un bomba le dejó sin brazos, sin padre, sin madre, sin hermanos, sin varios tíos y primos. Alí Ismail Abbas se asomó ayer el mar por vez primera. Fue en las Palmas de Gran Canaria. Llevaba dos prótesis a las que no termina de acostumbrarse. Y le acompañaba el niño iraquí Ahmed Hamza, también mutilado sin una pierna y un brazo.

Ayer soportaron las prótesis durante cuatro horas. Pero en cuanto los reporteros les dejaron solos se liberaron de ellas y pidieron aletas, flotadores y gafas de buzo. Alí ha aprendido a pintar con los pies y a jugar a la play station también con los pies. La prótesis, de momento, sólo la usa para comer.

Hace un año, la primera vez que Alí vio a un grupo de periodistas -todos españoles- el niño no dijo nada. Sólo lloraba. Tenía 12 años y una mujer ataviada con un manto negro, su tía, le acariciaba la cabeza. Un grupo de médicos griegos le hablaba en inglés pero el niño no entendía nada. Nadie entendía nada.

Días después, en la segunda entrevista ante cuatro periodistas españoles- Alí comentó que sólo conocía de España los nombres de Rivaldo y Roberto Carlos. Mientras un enfermero le aplicaba una crema en el pecho abrasado por el fuego de las bombas el niño decía: "Le deseo la muerte a Bush. Él ha sido quien me ha dejado sin padres y sin brazos cuando estaba en casa a punto de acostarme".

Una vez que entró el ejército americano en Bagdad, Alí fue transportado a Kuwait por los propios americanos. Uno de los médicos que lo atendía en Kuwait pronosticó: "Ahora los americanos o los kuwaitíes querrán figurar como los salvadores de Alí".

Ayer, en Las Palmas, las palabras del niño eran más moderadas que las que usó en Bagdad: "Estoy muy contento, pero no puedo olvidar lo que está ocurriendo en Irak", dijo. Y cuando alguien le preguntó: "¿Has perdonado a tus agresores?", Alí contestó: "Tenemos que olvidar y mantener la sonrisa porque si no no hay vida".

Las palabras de Alí siempre han llegado bajo el filtro de los intérpretes. Los adultos que lo rodeaban en Bagdad y quienes lo rodean ahora saben que el niño se convirtió para siempre en símbolo de la guerra.

A raíz de la información que EL PAÍS publicó el martes 1 de abril del año pasado un grupo de periodistas canarios agrupado bajo el nombre de Proyecto Alí, lanzó una campaña de recaudación de fondos para ayudar a los niños víctimas de la guerra y logró que el Gobierno canario invitase a los dos niños a pasar cuatro días en las islas.

Alí vive en Londres con su tío Mohamed Abid Hamsas bajo los auspicios de la Limbless Associaction, organización especializada en la atención a mutilados. Por la mañana asiste a las sesiones de rehabilitación y por la tarde al colegio. En julio irá de vacaciones a Irak y en septiembre volverá a Londres.

Dice que le gustaría ser médico, asegura que su equipo preferido es el Manchester y que su jugador favorito es David Beckamp, con quien ya ha hablado en alguna ocasión. El Real Madrid pidió ayer a los periodistas canarios el teléfono del tío del niño para que visite el estadio.

Alí Smail posa de pie, con su prótesis, junto a su amigo Ahmed Hamza, también mutilado en la guerra.
Alí Smail posa de pie, con su prótesis, junto a su amigo Ahmed Hamza, también mutilado en la guerra.SANTI BLANCO
Hace un año, el día en que ingresó Alí en el hospital Kindy, de Bagdad.
Hace un año, el día en que ingresó Alí en el hospital Kindy, de Bagdad.FRANCISCO PEREGIL

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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