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Reportaje:LA BODA REAL

Reinas plebeyas para el siglo XXI

Los príncipes herederos europeos se casan con universitarias sin sangre azul. Sólo la familia de Matilde de Bélgica tiene algún título nobiliario

Mábel Galaz

Todas tienen estudios universitarios. Una ha estado casada y otra es madre soltera. Todas han tenido relaciones sentimentales conocidas. Y han contraído matrimonio en torno a la treintena. Los príncipes herederos europeos ya no se casan con jovencitas sin pasado ni profesión: eligen para convertirse en reinas a mujeres del siglo XXI con biografías que a veces pueden chocar con los rancios principios de la tradición monárquica.

Letizia Ortiz, la prometida del Príncipe de Asturias, formará parte a partir del día 22 de mayo de una nueva generación de princesas plebeyas a la que ya pertenecen Matilde de Bélgica, Máxima de Holanda, Mette-Marit de Noruega y a la que se une hoy Mary Donaldson, que se casa con Federico de Dinamarca.

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El 13 de noviembre de 1999, Matilde d'Udekem se convertía en princesa de Bélgica en la catedral de Bruselas. Nacida en 1973, trabajaba como logopeda cuando conoció al príncipe Felipe; además realizó estudios de psicología y domina cuatro idiomas: dos de los oficiales en Bélgica -neerlandés y francés- inglés e italiano. Cuando Felipe se casó con Matilde tenía 39 años y su popularidad no era mucha. Tras su matrimonio con la joven, que en su pasado familiar tiene algún título aristocrático, comenzó a crecer su aceptación entre los belgas ya que muchos de ellos aseguran ver en la nueva princesa a otra Fabiola de Bélgica.

Los nuevos aires en la realeza europea se dejaron notar cuando Haakon de Noruega admitió mantener una relación con una madre soltera, Mette-Marit Tjessem, nacida en 1973 e hija de padres divorciados. Cuando apareció por primera vez en un acto oficial junto al príncipe fue en diciembre de 2000, durante la entrega del Nobel de la Paz al presidente de Corea del Sur, Kim Dae Jung. Para entonces ya se sabía que esta joven había cursado estudios de ingeniería, periodismo y ética, y como muchas jóvenes de su edad, ha sido modelo y trabajado como camarera en conocidos restaurantes de la capital noruega. Además había participado en un programa de televisión en busca de su "príncipe azul". Su relación con Haakon comenzó en 1997 cuando acababa de convertirse en madre soltera del pequeño Marius, cuyo padre estaba relacionado con el narcotráfico.

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El 25 de agosto de 2001, Mette-Marit contrajo matrimonio con el príncipe Haakon en la catedral de Oslo y finalizada la ceremonia el príncipe y ella salieron, como manda la tradición, al balcón de palacio y saludaron al público allí congregado. Pero esta vez en la foto había un chaval de cuatro años y pelo rubio: el hijo de la novia.

Máxima Zorreguieta era soltera, no tenía hijos, licenciada en económicas, con un currículo impresionante y acababa de cumplir los 30. Pero el pasado político de su padre puso en peligro su camino al altar del brazo del heredero del trono holandés.

Máxima y Guillermo se conocieron en 1999 en Sevilla durante una fiesta. Pocos días después el príncipe holandés viajaba a Nueva York para ver a la joven, que entonces trabajaba en el Deutsche Bank. La prensa de Holanda descubrió a la vez el amor entre la pareja y el oscuro pasado político del padre de Máxima. Un documento elaborado por el Centro de Estudios para América Latina de Amsterdam fue determinante para el futuro de esta relación. El informe solicitado por el primer ministro Wim Kok concluía que si bien Jorge Zorreguieta había formado parte del Gobierno de Videla "no había participado en la toma de decisiones para la desaparición y muerte de miles de argentinos", si bien aseguraba que éste debía intuir lo que estaba pasando. El Gobierno holandés finalmente dio el visto bueno al matrimonio del príncipe heredero, aunque ya para entonces Guillermo había asegurado: "Yo opté por Máxima de forma incondicional, con todos los riesgos de la decisión".

La única condición que puso el Gobierno de Holanda es que el padre de la novia no asistiera al enlace. Máxima y Guillermo se casaron en febrero de 2002 sin la presencia de los padres de la joven. Ahora, la princesa de los Países Bajos es uno de los miembros más populares de la familia real holandesa.

Las últimas en llegar a este selecto club de princesas plebeyas son Mary Donaldson y Letizia Ortiz. Mary se casa hoy con Federico después de obtener la autorización de la reina de Dinamarca, que en un principio tuvo dudas sobre esta joven australiana que trabajaba como abogada cuando conoció en el año 2000 al príncipe heredero en Sydney cuando asistía a los Juegos Olímpicos. Margarita estaba escarmentada de las novias de su hijo: modelos, rockeras...

Pero será Letizia Ortiz quien lleve al altar al último príncipe heredero soltero. Ella, como las otras princesas, es universitaria, plebeya, treintañera y además divorciada. Son los nuevos tiempos, las nuevas normas de los jóvenes príncipes, que a sus obligaciones con la corona imponen sus sentimientos.

Federico de Dinamarca y Mary Donaldson, a su llegada al Teatro Real de Copenhague.
Federico de Dinamarca y Mary Donaldson, a su llegada al Teatro Real de Copenhague.GORKA LEJARCEGI
Matilde y Felipe de Bélgica, en su fiesta de compromiso
Matilde y Felipe de Bélgica, en su fiesta de compromisoREUTERS
Haakon y Mette-Marit, la víspera de su boda.
Haakon y Mette-Marit, la víspera de su boda.REUTERS

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Sobre la firma

Mábel Galaz
Fue la primera mujer en pertenecer a la sección de Deportes de EL PAÍS. Luego hizo información de Madrid y Cultura. Impulsó la creación de las páginas de Gente y Estilo. Ha colaborado con varias cadenas de televisión y con la Cadena Ser. Ahora escribe en El País Semanal.

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