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La cantera de Mondragón quiere extraer más piedra pese a su cierre

Pretende aprovechar el plan de recuperación que debe acometer

Los propietarios de la cantera San Josepe Bi de Mondragón, en la que se han detectado tres casos de silicosis, pretenden seguir con la explotación al acometer el proyecto de recuperación, requisito obligado por la ley. Los dueños de la cantera, cuya licencia de actividad expiró ayer, han explicado a los partidos políticos locales que es necesario realizar cerca de 26 explosiones. Sin embargo, el convenio de 1993 que ha permitido a la cantera la extracción de piedra caliza hasta ayer establecía que toda la actividad debía "cesar definitivamente" al concluir la licencia.

El rechazo del Ayuntamiento de Mondragón a prorrogar la explotación, aprobada en el pleno municipal del pasado 29 de marzo, obligaba a la clausura de la actividad a partir de ayer. Este hecho aparece además en el último acuerdo con el Consistorio para permitir la explotación, aprobado en 1993 y que luego fue ampliado en 1997, en el que se establece que para el 29 de abril de 2004 los propietarios se comprometen a "cesar definitivamente en la explotación extractiva y demás actividades vinculadas con ésta que se desarrollan en la cantera".

Junto a ello, se agrega que la cantera "deberá optimizar" en el plazo que ayer expiró "los recursos derivados de las labores de extracción compaginándolas con la ejecución de las obras precisas" para implantar un polígono industrial en este área. La creación de esta infraestructura es la razón por la que se concedió entonces la prórroga y se permitió a los propietarios la explotación en terrenos de propiedad municipal "de manera gratuita", como especifica el convenio.

Sin embargo, según explicaron fuentes municipales, la cantera apenas ha trabajado en la zona donde se ubicará el polígono de la que es propietaria -centrándose en el suelo municipal- y ahora alude a la necesidad de seguir extrayendo para dar cabida al polígono.

Reuniones con partidos

En las últimas semanas, los dueños de la explotación se han reunido con la mayoría de los grupos municipales para explicarles parte del contenido del plan de recuperación. En los encuentros, calificados por los empresarios de una "toma de contacto", han expuesto que es necesario realizar cerca de 26 explosiones más en la cantera para habilitar la zona que ocupará el futuro polígono industrial.

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En las reuniones, los dueños de la cantera San Josepe han hablado de dos años de actividad, aunque también han asegurado que no se podía establecer un límite de tiempo. Los partidos no han recibido todavía el documento del proyecto de recuperación, un requisito que la ley lo contemplaba hace 20 años pero que ha sido incumplido sistemáticamente por las canteras. La situación ha cambiado, especialmente desde la aprobación de un decreto del Gobierno de junio de 2000, que obliga a acometer planes de restauración al mismo tiempo que la explotación, con la amenaza del cierre de las empresas que incumplan la normativa.

Fuentes municipales consultadas han asegurado que, con el argumento de acometer el plan de recuperación, "en la práctica siguen explotando" a partir de la extinción de la licencia de actividad.

Los últimos días del permiso de explotación han sido aprovechados por los propietarios. "La semana pasada hicieron siete explosiones. Ahora la cantera casi ni se ve, está llena de rocas, y se calcula que tienen piedra para procesar durante más de un año", señalan las fuentes consultadas.

La denegación de la prórroga de actividad fue un mazazo para los propietarios de San Josepe Bi, que querían continuar con la explotación otros dos años para extraer 1,5 millones de toneladas. Sólo el PNV, que rige la alcaldía, votó a favor en el pleno celebrado el pasado 29 de marzo, mientras que sus tres socios de gobierno (EA, Aralar e IU) rechazaron la ampliación de la actividad, al igual que el PSE. El Partido Popular se abstuvo.

En el rechazo han pesado las condiciones laborales de la cantera. Tres trabajadores, uno de ellos con sólo seis años de antigüedad, han contraído silicosis en primer grado debido a una excesiva exposición al polvo de sílice. Todos ellos habían trabajado en San Josepe menos de 20 años, periodo que el Instituto Nacional de Silicosis considera el mínimo para contraer este mal.

Este organismo certificó, en el informe que realizó sobre la cantera, que 15 operarios -de la veintena de empleados- carecía de alguna de las siete medidas que se suelen establecer para evitar la ingestión de polvo.

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