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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Primavera en el Fondo

El informe de la reunión de primavera del Fondo Monetario Internacional que se reúne estos días incorpora elementos de gran interés para el análisis de la situación económica mundial, al tiempo que en los encuentros previos del Grupo de los Siete se considerará la candidatura del español Rodrigo Rato como director gerente de esa institución, ya con el respaldo de los ministros europeos. Lo más destacable del informe es el análisis de las implicaciones sobre la economía mundial del elevado déficit fiscal estadounidense, superior actualmente al 5% del PIB.

La economía estadounidense tardará años en superar ese desequilibrio, que se cierne como una amenaza a medio plazo para el resto de las economías mundiales. Un déficit tan elevado y en rápido crecimiento condiciona los tipos de interés a largo plazo, endureciendo las condiciones financieras del conjunto del planeta y, muy particularmente, las de los países en desarrollo, con un mayor endeudamiento relativo denominado en divisas. Pasadas las elecciones de noviembre también se dejarán notar las consecuencias del ajuste presupuestario que el próximo presidente -sea Bush o Kerry- tendrá que llevar a cabo.

Las sugerencias que tras un detallado análisis hace el Fondo a la Administración americana se centran en aprovechar la fase expansiva en la que están implicadas las principales economías avanzadas, para ser más agresivo en la reducción de ese desequilibrio. Una recomendación no muy distinta a las habituales que esa institución hace a las economías consideradas emergentes. La reacción que esa Administración ofrezca será un exponente más del grado de aceptación de las organizaciones multilaterales. Su estrecho seguimiento, en todo caso, constituirá la primera prueba para el que con toda probabilidad será el próximo director gerente del Fondo, Rodrigo Rato, hasta ahora valedor de la estabilidad presupuestaria en su formulación más estricta, la del déficit cero. Una ocasión de oro para saber si los considerados sanos principios macroeconómicos son de igual aplicación para todos.

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